AFP
El anuncio del domingo de la guerrilla FARC de renunciar al secuestro extorsivo, y la próxima liberación de diez policías y militares, que serían los últimos rehenes “canjeables”, aunque fue recibido con cautela, puede generar confianza para un eventual diálogo de paz, al cabo de 47 años de conflicto en Colombia, destacaron analistas.
El dirigente liberal Horacio Serpa, quien participó en un diálogo de paz con las FARC a principios de los años 90, dijo este lunes que recibía “la noticia con prudente optimismo”. Con esto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “seguramente quieren mirar la posibilidad de llegar a un diálogo político con el Gobierno”, añadió.
Fernando Giraldo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Javeriana, consideró que con el anuncio “la pelota queda en el campo del Gobierno, que debe facilitar las condiciones para las liberaciones y podría enviar mensajeros, puesto que ese (el cese del secuestro) era un requisito para negociar”.
Sin embargo, no habrá “nada público hasta que el Gobierno tenga algo concreto en las manos. Santos tiene muchos enemigos en su propio campo, debe manejarse con mucho cuidado y no puede cometer un error por ingenuidad”, dijo Giraldo.
Para el politólogo Álvaro Villarraga, director de la Fundación Cultura Democrática, el anuncio ocurre en medio de “desconfianzas muy marcadas entre las partes y de un gran escepticismo de la ciudadanía”. Sin embargo, lo calificó como un paso de “aclimatamiento hacia la paz”.
Las FARC secuestran entre 80 y 100 personas cada año para solicitar rescate, según la Corporación Nuevo Arcoíris.
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