Si como dice la Biblia Dios es amor (1Jn 4.8), misericordioso y compasivo (Ex 34.5-6), y Jesucristo nos enseña amar a nuestros enemigos (Mt 5.43-48), ¿cómo se explica que en el Antiguo Testamento se nos muestre un Dios enviando plagas, matando niños y ordenando a su pueblo, Israel, a hacer barbaridades contra otros? Si Dios nos enseña en el Nuevo Testamento que nuestra moral debe ser recta basada en amar a Dios y al prójimo como a uno mismo (Mt 22.37-40), ¿por qué en el Antiguo Testamento aparece como aprobando actos inmorales?
Para entenderlo aclaremos dos aspectos. Primero: los hombres no podemos conocer a Dios tal como es si no se nos revela. Es imposible para nuestra mente que aún no descubre los misterios del universo conocer a Dios en su infinitud. Su revelación Dios no la hizo de una sola vez, sino poco a poco a lo largo de miles de años, hasta completarla haciéndose hombre en la persona de Jesucristo. Ya no habrá más revelación, en Jesús Dios nos reveló lo que necesitamos, aunque todavía no conocemos los misterios insondables de Dios.
Segundo: la Biblia es una colección de libros que contiene mitos, leyendas, parábolas, historia, poesía, leyes civiles y penales, censos, profecías y enseñanzas religiosas. Fue inspirada (no dictada) por Dios a hombres que durante 1,600 años escribieron desde sus rudimentarios conocimientos científicos de la antigüedad, reflejando su propia cultura, su realidad histórica, su entorno social y político y la sicología y personalidad individual de cada escritor. La Biblia no podemos tomarla literalmente porque no son libros científicos ni textos de exactitud histórica.
El Antiguo Testamento contiene las vivencias del pueblo de Israel, escogido para que de él saliera el Mesías y contiene textos que nos muestran una imagen de Dios todavía incompleta, distorsionada, que se aclara hasta la venida de Jesucristo. El pueblo de Israel al principio, aunque llega a conocer que Yavé es su Dios, cree que sus enemigos tienen otros dioses, aunque no tan poderosos como el suyo. A lo largo de mil quinientos años en que le toca luchar contra otros para sobrevivir pide a Yavé que luche a su lado y extermine a sus enemigos.
Como todo pueblo de la antigüedad Israel tiene narraciones épicas donde se mezclan verdades y exaltaciones exageradas para enaltecer a sus líderes, elevar la moral de la nación y mostrar el poder de su Dios a veces atribuyéndole acciones imaginarias. El Antiguo Testamento que es Palabra inspirada (no dictada) de Dios respeta esa evolución del pensamiento humano y lo acompaña en su peregrinar hacia la luz que todo lo aclarará: Jesucristo.
El Antiguo Testamento va anunciando la llegada del Mesías, quien es prefigurado en acontecimientos y rituales que vislumbran lo que habría de venir. No se puede entender el Antiguo Testamento sin ser iluminado por el Nuevo Testamento. El centro de la Biblia es Jesucristo que nos revela a Dios como Padre amoroso, tierno y de infinita bondad. No se entiende una película viendo solo la mitad, ni un libro leyéndolo solo hasta cierta parte. El autor es abogado y periodista
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