José Adán Silva
A Costa Rica le tiene sin cuidado lo que diga el Parlamento Centroamericano (Parlacen), en referencia a la demanda de dos organizaciones ecológicas nicaragüenses por la carretera de 160 kilómetros que bordea y afecta ambientalmente al río San Juan.
“A pesar de que no nos extraña, es un órgano que al igual que la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ), Costa Rica ha desconocido por razones obvias, jurídicas, históricas”, reaccionó a la prensa local el vicecanciller Carlos Roverssi.
“Las y los costarricenses no apoyamos un parlamento que gasta millones de dólares para no hacer nada y que ha servido para proteger a algunos personajes cuestionados en sus países”, reiteró. Y agregó más: “ por lo que dice el parlamento en referencia a Costa Rica, no nos preocupa porque no es vinculante, al igual que la CCJ”, dijo Roverssi.
Esta semana, el Parlacen instó a Costa Rica a no seguir dañando el ecosistema del nicaragüense río San Juan, en cumplimiento de las medidas cautelares dictadas por la CCJ, de suspender la construcción de la obra de 160 kilómetros en el borde del cauce.
Ayer mismo que San José reaccionó con desprecio al órgano de integración, el presidente del Parlacen, el dominicano Manolo Pichardo, se ofreció para mediar en la disputa fronteriza. “Sí nos preocupa que se siga tratando de centroamericanizar el tema, pareciera como que Nicaragua a través de acólitos trate de evitar que el debate se genere donde está, en la Corte Internacional de Justicia, como lo ha dicho el resto de gobiernos de Centroamérica”, ironizó Roverssi.
“Nos preocupa que sean algunos voceros, sobre todos nicaragüenses, los que hacen esas expresiones. Al final de cuentas aquí viene un miembro importante del Parlacen a tratar de acercarse a Cosa Rica y una semana o diez días después salen con un pronunciamiento parcializado, basado en datos falsos, que lo que hacen aún más es profundizar la crisis que vive Costa Rica y Nicaragua y que están tratando de provocarla en el seno de toda la región centroamericana”, finalizó.
Sobre el conflicto fronterizo hay dos demandas en la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda.
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