César Úbeda Bravo
Francisco Xavier Aguirre Sacasa envió un claro mensaje a la dirigencia del PLC con su renuncia, porque a su juicio es un imperativo que el partido se reinvente. “Yo quisiera que mi renuncia se viera como un estímulo a que hay que tomar muy en serio la modernización del partido”, dijo el excanciller tras agregar que un día antes de su renuncia llamó al celular de Arnoldo Alemán para comunicarle su decisión, pero que el caudillo no contestó, razón por la cual le dejó un mensaje en el buzón de voz. Y todavía no le ha retornado la llamada.
“Seguramente uno de estos días, cuando se haya asentado el polvo un poco, tendremos la oportunidad de retomar nuestro diálogo (con Alemán) que siempre ha sido franco y amistoso”, dijo Aguirre Sacasa. Para el exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, lo peor sería que el PLC quedase en manos de personas que creen que basta con dar la impresión de cambiar para que toda siga igual.
—En su renuncia se percibe que usted no está de acuerdo en la conducción actual del partido. ¿Realmente existe una verdadera reingeniería en el PLC o solo es un maquillaje?
La reingeniería del PLC no es una opción —es un imperativo— si es que el partido quiere volver a ser la fuerza que en su momento fue. Tiene que reinventarse y ser percibido por la población como relevante. ¿Cómo se logra eso? Dotándolo con las estructuras, la mística y el liderazgo que lo lleven de vuelta al poder para poder darle respuestas a las necesidades más sentidas del pueblo.
Ahora bien, las tres comisiones a las que se le encomendó la reingeniería del PLC trabajaron durante los meses de diciembre y enero, período que se caracteriza por fiestas religiosas y de fin de año. Hicieron un buen trabajo. Ahora, el desafío para el partido es traducir estos insumos en acciones concretas que hagan del PLC una institución más creíble, ejecutiva, eficiente, eficaz y democrática internamente. Ya llegó el momento de aterrizar con mejoras concretas. El pueblo de Nicaragua es muy sabio. Si percibe que este ejercicio fue tan solo una mueca, un maquillaje como vos decís, entonces el PLC seguirá perdiendo terreno y desaparecerá que, a como dije en mi carta de renuncia, “sería lamentable y tendría consecuencias indeseables para nuestra patria”.
Yo abrigo la esperanza que esto no pasará. Pienso que el partido se despertará a tiempo, que hará los cambios que el pueblo espera de él y que saldrá fortalecido de esta crisis. Si lo hace, será la primera vez en la historia de Nicaragua que un partido importante hubiera logrado una metamorfosis positiva y le dará un enorme prestigio y ventaja al PLC en futuras contiendas.
—¿Se sintió utilizado o manoseado en su trabajo de coordinador de las comisiones de reingeniería? ¿Sintió que perdía su tiempo al no haber una verdadera reingeniería?
En absoluto. Sí me siento frustrado por ciertas acciones que elementos del PLC han tomado recientemente que en lugar de darle credibilidad al partido se lo restan. Me refiero, por ejemplo, al acercamiento a la ALN que es percibido por la mayoría de los nicaragüenses como un partido que colaboró con el FSLN en las elecciones de noviembre entregándole su tendido electoral. Creo que el costo de este acercamiento es mucho más alto que cualquier beneficio que podría aportarle al partido. Pero no me siento manipulado en cuanto al tema de la reingeniería.
Y a propósito de mi renuncia, no olvidés que también se debe al hecho que he asumido compromisos profesionales —consultorías— que espero me mantendrán ocupado durante buena parte de este año. Yo sabía que no podía dedicarle el tiempo que la secretaría nacional requiere debido a estos otros compromisos, y eso también me obligó a tomar esta decisión.
—Su renuncia al cargo y al CEN es un claro mensaje que las cosas no están bien en el PLC. ¿Qué tipo de reacciones le ha exteriorizado la dirigencia del partido?
Yo quisiera que mi renuncia se viera como un estímulo a que hay que tomar muy en serio la modernización del partido. Mirá, yo me siento muy identificado con el PLC. Un tío abuelo mío, el Dr. Juan Bautista Sacasa, fue el líder de la revolución liberal constitucionalista de 1927. Y otro tío —y mi padrino de boda— el doctor Ramiro Sacasa Guerrero, fue el fundador del Movimiento Liberal Constitucionalista. Le tengo cariño al partido y sinceramente quisiera verlo restablecido. Si mi renuncia tiene el efecto de convencer a aquellos que no ven el partido en crisis de que sí lo está y que enfrenta enormes desafíos de credibilidad y confiabilidad, enhorabuena. Lo peor sería que el partido quedase en manos de personas que creen que basta con dar la impresión de cambiar para que todo siga igual. Eso sería suicidarse.
En cuanto a la reacciones a mi renuncia, han sido uniformemente alentadoras. He recibido un gran número de llamadas telefónicas, correos electrónicos y visitas de amigos tanto de la dirigencia del partido como del sector privado. Todos coinciden en que el PLC es un activo que hay que salvarlo por el bien de Nicaragua.
—¿Arnoldo Alemán persiste en controlar el PLC a pesar de los pobres resultados de las pasadas elecciones?
En cuanto a Arnoldo, quiero dejar bien claro que le tengo a él y a su familia un gran aprecio. Me siento orgulloso de haber sido miembro de su gobierno que, por cierto, redujo la pobreza en Nicaragua por primera vez en una generación, le dio el crecimiento más elevado desde 1990 hasta el presente y que siempre respetó a la Constitución. Pero también es cierto que es un producto de la tradición caudillista de Nicaragua y que le ha costado soltar las riendas del partido, en parte porque todavía hay muchos en el partido que se sienten perdidos sin su dirección y lo buscan. Al mismo tiempo, creo que ha comprendido que ya su momento como líder del partido pasó y ha hecho un esfuerzo grande para bajar su perfil. Dije en noviembre del año pasado que veía a Arnoldo como una parte del problema que enfrenta el PLC, pero también como una parte de la solución a estos problemas. Con el pasar del tiempo, me gustaría verlo como uno de los sabios del PLC que aportará a un partido modernizado y dinámico con sus consejos y asesoramiento. Pero no como su “mánager”.
—Alemán siempre dijo que el soberano es el que decide y los resultados del 6 de noviembre fueron del 5.9% para el PLC. ¿Usted le ha sugerido que deje de ser el máximo líder y que dé espacio a caras nuevas?
Hay que tener mucho cuidado con los resultados de las elecciones del 2011. Si fueron fraudulentas, a como LA PRENSA lo dice, entonces es imposible saber qué porcentaje de los votos obtuvo el PLC. ¿O acaso solo los resultados nuestros no fueron manipulados? En todo caso, los consejos que le di a Arnoldo después de lo que pasó el 6 de noviembre son de todos conocidos. Le dije que se dedicara más a sus hijos y nietos jóvenes, a sus negocios y fincas y que disfrutara más de la vida y de sus amigos, entre los cuales me cuento yo.
—¿Cómo están sus relaciones con Alemán después de su renuncia? ¿Existe distanciamiento por visiones distintas para abordar el resurgimiento del PLC?
Antes del primero de marzo era estrecha, franca, casi fraternal. Yo no consulté mi renuncia con Arnoldo Alemán. Lo llamé la noche del 29 de febrero y no pude conseguirlo en su celular, cosa que es raro, pero le dejé un mensaje de voz que me urgía hablar con él el primero de marzo (día de la renuncia) lo antes posible bien temprano. Hasta le propuse reunirme con él en El Chile o en mi casa porque muchas veces pasa por acá. Nunca tuve un eco a esa llamada, entonces finalmente decidí presentar mi carta de renuncia al 3-80 (sede del PLC), pero antes de eso pasé por la Fundación Alemán Sandoval y se la entregué a su secretaria. No he vuelto a tener contacto con Arnoldo Alemán.
Por mi parte, me sigo considerando amigo de él y de su familia. Le tengo agradecimiento y aprecio. Seguramente uno de estos días, cuando se haya asentado el polvo un poco, tendremos la oportunidad de retomar nuestro diálogo que siempre ha sido franco y amistoso. Al menos esa es mi esperanza.
¿Será que no quiso atender su llamada porque ya tenía información de su renuncia?
Creo que él no sabía y fue genuinamente sorprendido por esta renuncia.
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