Por Amalia del Cid
Es una de las plumas más brillantes del periodismo deportivo nicaragüense. Por décadas, el ronco y bromista Edgar Tijerino ha obsequiado a sus lectores refrescantes dosis de reflexión, humor e ingenio.
:::¿Se toma la vida en serio?
Si escribiera una autobiografía me gustaría titularla “En broma y en serio” (ríe).
:::¿Qué toma en broma y qué en serio?
Todo lo tomo en serio, hasta las bromas.
:::¿Se piensa jubilar?
Llevo tres años jubilado.
:::Jubilarse de verdad…
No… Mi sueño es llegar escribiendo con más de 90 años, como (José) Saramago. Y con su lucidez, para no escribir disparates (ríe).
:::¿Cómo es su temperamento?
Impredecible.
:::¿Qué tipo de persona le gusta?
La gente espontánea. Lo espontáneo evita máscara.
:::¿A quién admira?
No solo le tengo admiración, sino cariño inmenso, a mi esposa.
:::¿Todavía cree en el amor?
Enormemente. No tener capacidad de amar es no vivir.
:::¿Pasatiempos?
Molestar es mi mejor deporte (ríe). Y me gusta leer, ver películas…
:::¿Qué lo saca de sus casillas?
Ah, ¡la gente irresponsable! Lo peor que me ha pasado en la vida es ser jefe (ríe).
:::¿Cuál es su mayor defecto?
(Ríe) Ser irresponsable conmigo mismo. No cuido mi salud.
:::¿Y su mayor virtud?
Tratar de ser honesto.
:::¿Qué gran locura ha hecho?
Hoy sería locura tener seis hijos (carcajada).
:::¿Una frase?
La de Sócrates: “Solo sé que no sé nada”.
:::¿A qué atribuye el éxito de su carrera como periodista?
A la casualidad. Ni siquiera sé escribir a máquina.
:::Usted es un modelo para muchos periodistas jóvenes…
Sí… Siento el compromiso de no ser mal ejemplo… Y tengo una ventaja, difícilmente te convertís en mal ejemplo ya cerca de los 70 años (ríe).
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