Sam Grobart /New York Time
Cuando las cámaras pasaron de lo análogo a lo digital, fue uno de esos cambios que se dan una vez por generación, como pasar de los rollos en blanco y negro al Kodachrome. Pero independientemente de si usa una de 35 milímetros o una de enfoque y disparo, los pasos para tomar una foto no han cambiado: enfoca algo y después aprieta un botón para grabar la imagen.
Una nueva cámara que se llama Lytro presagia una nueva era. Primero toma la foto y luego la reenfoca. Simplemente dando clics sobre una foto en la pantalla de la computadora puede escoger qué parte de la imagen debe ser clara y cuál borrosa.
Es una tecnología sorprendente. Durante las últimas dos semanas que la he usado, la Lytro me ha cambiado como fotógrafo y mi forma de ver la propia fotografía.
La Lytro ya empezó a venderse desde en lytro.com. Su sensor de imagen captura más datos que una cámara estándar, pues registra las cosas normales —qué tan brillante es la luz entrante y qué colores contiene— pero también sabe de qué dirección viene la luz.
Todo eso sucede en una cámara del tamaño y forma de una barra de mantequilla. Es un diseño poco convencional, con un lente en un extremo y una pequeña pantalla táctil tamaño iPod Nano.
La Lytro pesa 215.4 gramos, poco más que algunas cámaras de enfoque y disparo, pero no tanto como para notarlo. No tiene capacidad de almacenamiento ni batería removible: la cámara viene con una memoria de 8GB (350 fotos, que vale 399 dólares) o 16 GB (750 fotos, con un precio de 499 dólares).
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