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Argumentando que su país se ha beneficiado con el euro y se propone ganar con su preservación, la canciller alemana Angela Merkel es incondicional en la defensa de la moneda única.
“Pueden confiar en que haré todo por fortalecer el euro”, dijo en un discurso televisado a la nación alemana el día de Año Nuevo.
La “Canciller de Hierro”, como se le conoce, se ha mantenido firme ante los difíciles vientos de costado. El 27 de febrero, a instancias de Merkel, el Bundestag alemán desafió una reacción popular y aprobó el segundo rescate griego en igual número de años.
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El sentimiento contrario al euro a nivel local creció en tanto se prolonga la crisis de la deuda soberana. Sesenta por ciento de los alemanes creen que la introducción del euro en 1999 fue una mala idea, según un sondeo publicado el 4 de diciembre por la revista alemana Focus .
Wolfgang Reitzle, máximo responsable ejecutivo del grupo industrial alemán Linde AG y exmiembro del directorio de Bayerische Motoren Werke AG, dijo a la revista Der Spiegel, en enero, que si los países miembros, como Italia, no ponían orden en sus asuntos fiscales, Alemania debería abandonar la unión monetaria, aunque agregó que no creía que se llegara a eso.
Los socios de Merkel de la eurozona, por su parte, quieren que ella se involucre lo más posible. Ven a Alemania, la economía más grande de Europa y el mayor exportador del mundo después de China, como el único país que puede sacar al Continente de lo que Merkel describe como su crisis más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
En febrero hubo indicios de que la forma en que Merkel estaba manejando la emergencia financiera europea finalmente ganaba apoyo internamente.
VENTAJAS QUE SACÓ ALEMANIA
La moneda que Merkel está protegiendo ha sido una bendición para las exportaciones alemanas, de las cuales un 40 por ciento va a países de la eurozona.
Una política monetaria única en toda la eurozona benefició a las empresas alemanas, dice Geoffrey Pazzanese, coadministrador del Federated InterContinental Fund, de 583.3 millones de dólares con sede en Pittsburgh, que al 31 de enero tenía 22.7 por ciento de sus activos invertidos en firmas alemanas.
El euro favoreció a Alemania con una moneda más débil que impulsa las exportaciones, algo que no sucedería si todavía existiera el Deutsche Mark, dice.
Además, “el euro aportó más estabilidad dentro del mercado continental, donde tienen lugar la mayoría de las exportaciones e importaciones alemanas”, dice.
En 2011 las exportaciones alemanas, que se mantuvieron a flote gracias a un euro relativamente débil que las hizo atractivas, superaron por primera vez un billón de euros (1.3 billones de dólares), según el Bundesbank.