Elízabeth Romero
La Policía Nacional movilizó desde tempranas horas de ayer a oficiales de inteligencia, de Auxilio Judicial y hasta la técnica canina para realizar las investigaciones correspondientes sobre la muerte de Julio Centeno Caffarena, hijo mayor del fiscal general de la República, Julio Centeno Gómez.
El ir y venir de peritos y oficiales de alto grado encabezados por la jefa de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, y de funcionarios de la Fiscalía, llamó la atención a los vecinos de Las Sierritas, que en más de una ocasión estacionaron sus vehículos en plena vía para preguntar lo que sucedía en el lugar.
Mientras, dos vigilantes privados resguardaban la entrada celosamente para evitar que ninguna persona que no fuera allegada a la familia Centeno o de los funcionarios de la Fiscalía penetrara al domicilio.
Centeno Caffarena, de profesión abogado, trabajaba para la Corte Suprema de Justicia (CSJ), según allegados de la familia.
El hallazgo ocurrió cuando al fallecido lo buscaron en su casa, ubicada en el mismo complejo habitacional donde reside el fiscal general, para trasladarlo a su lugar de trabajo.
La jefa de Auxilio Judicial, comisionada general Glenda Zavala, se limitó a confirmar ante los periodistas la investigación del caso que fue obvia, desde la parte externa de la residencia del jefe del Ministerio Público.
Y aunque Zavala prefirió no adelantarse a las pesquisas, extraoficialmente se dijo que aparentemente no hubo mano criminal en este caso.
Los restos mortales de Centeno Caffarena fueron conducidos al cementerio Sierras de Paz.
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