Wilder Pérez R.
A partir de este año, Nicaragua registrará más terremotos que antes, especialmente en las regiones Norte y Caribe.
Con estas investigaciones, la gente sabe dónde y cómo construir sus casas, igual que reaccionar a un tsunami, afirmó Muñoz.
Por eso se sabe que si un tsunami se origina frente a Nicaragua, hay 40 minutos para escapar.
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Pero no hay razones para los nervios. En realidad, no es que la tierra va a temblar más, sino que el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) llevará un mejor registro de los sismos que ocurren dentro del país.
Esto, porque el Instituto ahora tiene vigilancia en tiempo real en San Juan de Río Coco, una de las zonas más sísmicas fuera de la región del Pacífico de Nicaragua.
“Al día siguiente, que empezaron a funcionar las estaciones sísmicas que colocamos ahí, se registró un sismo en Bosawas”, aseguró Angélica Muñoz, directora de Geofísica del Ineter.
A partir de este mes de marzo, también se seguirán en tiempo real las regiones autónomas del Caribe. Eso provocará que el promedio de sismos registrados en el territorio nacional se eleve aún más, por encima de los 1,500 cada año.
Con las estaciones sísmicas en el Caribe, Nicaragua reforzará la vigilancia ante tsunamis en Centroamérica, según Muñoz, ya que tiene la red sísmica más completa.
De hecho, la semana pasada hubo dos simulacros de tsunamis, uno en Poneloya y otro en Salinas Grandes, ambos en el litoral Pacífico.
Nicaragua ahora cuenta con un sistema japonés de alta tecnología para aviso de tsunamis, que advierte las fallas cuando se originan.
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