Wilder Pérez R.
Los tiraderos de basura ilegales y la quema de llantas en las protestas son una tradición en Nicaragua. No importa cuánto esto daña el medioambiente y la salud, las ruedas de hule quemadas son más atractivas que una modelo en traje de baño para los pirómanos.
Este tipo de problemas son igualmente graves porque dañan el bienestar de toda la humanidad.
Se trata de los efectos en el calentamiento global. Según el experto Felipe Ortiz, gases como el metano que liberan estas llantas son 21 veces más dañinos que el dióxido de carbono.
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Al menos es lo que se observa en esos eventos. Aunque el terreno sea árido o esté lejos de cualquier basurero, las llantas son lo primero que salen a reducir, y no tienen otro destino que el ser derretidas en fuego, para llamar la atención, intimidar o simplemente por falta de creatividad.
Esta atracción, sin embargo, podría resultar fatal para los amantes de las llantas quemadas y los vecinos del lugar de la protesta, ya que los gases que desprenden las llantas quemadas son altamente tóxicos.
Según el experto en sustancias químicas Felipe Ortiz, cuando una llanta es quemada se libera óxido de azufre, un gas sin color pero asfixiante, capaz de crear problemas en la respiración.
Los efectos de este gas pueden ser extensos, ya que avanza lentamente y provoca lluvia ácida.
Es el mismo efecto que provocan los volcanes. Por eso es que las casas en el municipio de El Crucero siempre parecen estar abandonadas, porque les cae la lluvia ácida del volcán Masaya.
“Ocurre porque, cuando hay alteraciones con humo, se pierde el equilibrio en la atmósfera, porque llega aire a mayor temperatura”, explicó Ortiz.
Pero el caso de las llantas es peor, porque están fabricadas de sustancias más peligrosas.
Debido a que las llantas están hechas en parte de productos derivados del petróleo, también dioxinas (sustancias dañinas) y posibles emanaciones de hidrocarburo, plomo y otros metales pesados, que con el tiempo pueden generar cáncer, de acuerdo con el experto.
El medioambiente se daña porque estas quemas producen dióxido de carbono y otros gases 21 veces más fuertes, que generan el calentamiento global, dijo Ortiz.
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