AP/ Japón
Los habitantes de diversas regiones de Japón recordaron el domingo, con oraciones y minutos de silencio, a los 19,000 muertos que el terremoto y posterior tsunami dejaron hace un año, desastre que causó además la peor crisis nuclear en un cuarto de siglo.
En la localidad costera de Rikuzentakata, una de las tantas que tuvieron devastación, una sirena ululó a las 2:46 de la tarde, la hora exacta en la que el poderoso sismo de magnitud 9 sacudió el noreste del país. Un sacerdote budista con una túnica púrpura tocó una campana enorme en un templo dañado que da hacia lo que es ahora un páramo donde antes existieron viviendas.
A la misma hora, en la localidad costera de Onagawa, numerosas personas oraron en silencio tomadas de la mano y de cara al mar.
En Tokio, un servicio en memoria de las víctimas tuvo lugar en el Teatro Nacional de Tokio. Asistieron al acto el emperador Akihito, de 78 años, la emperatriz Michiko y el primer ministro, Yoshihiko Noda, quienes guardaron silencio, junto con centenares de personas vestidas de negro.
En tanto, en el concurrido distrito comercial de Shibuya, en Tokio, los transeúntes pararon su andar y se mantuvieron en silencio antes de continuar su marcha.
Noda recordó en un discurso que el pueblo japonés se ha sobrepuesto a los desastres y las dificultades en muchas ocasiones. Afirmó que serán reconstruidas la nación y la zona circundante a la planta nuclear de Fukushima, que resultó averiada durante el tsunami, para que el país “resurja como un lugar mejor”.
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