Hao Dou/EFE
“Las mujeres son las mayores víctimas de la guerra”, asegura la escritora estadounidense de origen chino Geling Yan, que acaba de publicar en español Las flores de la guerra, novela que refleja el horror desde los ojos de una niña y la solidaridad en la supervivencia.
“Salvar a los menores forma parte del instinto humano y el director lo extrae y lo presenta del modo más puro”, destaca la escritora.
El éxito de la película convirtió la novela original en uno de los libros de mayor venta en China. “Estoy contenta de que a través del cine y la televisión mis novelas hayan llegado a un mayor número de lectores”, señala la autora, que espera contar ahora con los lectores hispanohablantes.
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Editada por Alfaguara, esta novela de la guerra es protagonizada por Shujuan, una niña que se refugia con otras doce estudiantes en el desván de la parroquia Santa María Magdalena cuando el ejército japonés entró a sangre y fuego en 1937 en Nanjing, por entonces la capital de China.
Geling Yan narra además el sacrificio de trece prostitutas que se ofrecieron como voluntarias para remplazar a las estudiantes chinas como “damas de compañía” de los soldados japoneses que invadían el país.
“Escribí la historia basándome en la investigación que hice durante muchos años. Un libro en particular, escrito por el tío de mi padre, un médico militar en el ejército chino, daba suficientes detalles acerca de la masacre”, explica la escritora.
“MI VIDA ES SIMPLE”
Geling Yan nació en el seno de una familia de artistas en Shanghai en 1958. A los 13 años se incorporó al Ejército Popular de Liberación y en 1989 se trasladó a Estados Unidos. “Mi familia y las experiencias en el extranjero ejercen una gran influencia a mis creaciones artísticas”, confiesa.
Ha publicado más de veinte títulos, entre ellos La novena viuda , declarada por Asia Weekly una de las diez mejores novelas en lengua china de 2006.
“Antes, al lograr un premio, sentía la presión, porque no sabía cómo mantener y superar ese nivel. En la actualidad los premios no son tan importantes para mí, porque mi vida es simple: escribir, leer, ver películas, escribir guiones”, concluye.