Wilder Pérez R.
Solo diez meses después de que en Nicaragua entrara en vigencia la Ley 747, de “protección y bienestar animal”, Panamá hizo lo suyo. Recientemente los diputados de ese país aprobaron su propia legislación, que prohíbe el maltrato y tortura a los animales, así como las matanzas por diversión.
Hasta ahora Nicaragua era el único país del “vecindario” que tenía a los animales expresamente protegidos por la ley. Panamá se sumó con su Ley 308.
“Esto es sumamente positivo y es el reflejo de que hay sensibilización… hay un reconocimiento a las cinco libertades (equivalentes a los derechos de los animales), es un gran inventivo para toda la región, para seguir este nuevo rumbo”, comentó Roberto Vieto, oficial del Programa regional de la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA).
Vieto confirmó que todo inició en 2010, cuando Nicaragua firmó la Declaración Universal sobre el Bienestar Animal (DUBA).
Eso serviría de base para la aprobación de la Ley 747 y de referencia a la Ley 308 de Panamá.
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