MÉXICO /AFP
Un terremoto de 7.4 en la escala de magnitud momento con epicentro en el municipio Ometepec, en el estado de Guerrero, y a 17.5 kilómetros de profundidad, golpeó a las 12H02 locales, el sur y centro de México durante varios minutos, dejando 500 viviendas dañadas en ese municipio y provocando que miles de personas evacuaran edificios, aunque sin constatarse víctimas.
Este ha sido el sismo más fuerte que ha sacudido México desde el terremoto de 8.1 grados Richter en 1985 que dejó más de 6,000 muertos y destruyó barrios enteros de la capital, aunque balances de organismos de socorro calculan en 30,000 los muertos. La medición del Sismológico de México señaló que el sismo de ayer alcanzó 7.8 grados Richter.
En las calles de Ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes, colapsaron las líneas telefónicas, se suspendió el servicio eléctrico y algunas construcciones sufrieron daños en los barrios más viejos de la capital.
El Instituto Geológico Estadounidense (USGS) había ubicado el sismo en 7.6 grados de la escala de magnitud momento. Posteriormente corrigió a 7.4 grados la magnitud. El USGS reportó cinco réplicas, la más fuerte de 5 grados en esa escala.
Según los reportes de Protección Civil, el patrullaje de los helicópteros previstos que se realiza en caso de sismos no detectó daños mayores en la infraestructura.
La hija mayor del presidente estadounidense, Barack Obama, Malia, de 13 años, que está de vacaciones en Oaxaca, 162 km al noreste de Ometepec, se encuentra “sana y salva”, informó la Casa Blanca en Washington.
CALMA
Cuando los altos edificios del centro de Ciudad México, en su mayoría de oficinas, comenzaron a temblar con violencia, sus ocupantes reaccionaron mayoritariamente con calma y siguieron los planes de evacuación, evitando escenas de pánico.
Se dirigieron a los espacios seguros previamente establecidos en cada uno de los pisos y esperaron a que acabara el sismo para descender por las escaleras de emergencia a la calle.
“Sonó la alarma y pensamos que era un simulacro, pero enseguida empezó a temblar. Se sintieron como tres o cuatro minutos. Hay gente que sintió como tronaban (se reventaban) las tuberías y caían piedritas por la ventana”, explicó Beatriz Estrada, empleada de la Cancillería mexicana.