Wilder Pérez R.
Si el agua de Nicaragua se repartiera entre todos los habitantes, cada uno tendría derecho a recibir 531 barriles diarios. El problema es que no toda sería agua limpia, ya que cinco de cada diez la contaminan.
Esta es la situación actual del agua y los nicaragüenses, según se dio a conocer ayer, durante la conmemoración del Día Mundial del Agua.
Maura Madriz, oficial de incidencia en agua, del Centro Humboldt, afirmó que la escasez afectaría a más de siete millones de personas, en un escenario moderado.
Por eso la recomendación es adaptarse al cambio climático, ya que este fenómeno se expresará en fenómenos climáticos extremos, como sequías, tormentas e inundaciones.
Conservar el agua y no contaminarla son las opciones para evitar que el 85 por ciento de los habitantes del país sufran por falta de este líquido.
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“Somos contaminantes sistemáticos”, advirtió Gherda Barreto, directora científica de la Autoridad Nacional del Agua.
Casi el 60 por ciento de la población no cuenta con servicio de aguas residuales, según Barreto. Todo eso que no se trata va a parar a las aguas superficiales o subterráneas.
A juicio de Salvador Montenegro, director del Centro para la Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA), una riqueza hídrica tan grande necesita ser transformada en bienestar: educación, salud, riqueza, posibilidad de desarrollo.
Pero no se puede aspirar a eso si los mayores consumidores son también los que más desperdician agua.
Gero Vaagth, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), confirmó que los productores arroceros —considerados como quienes más agua consumen para producir— “podrían mejorar” sus sistemas de irrigación para ahorrar agua.
Añadió que para producir 2.2 libras de maíz se necesitan entre 1,400 y 1,900 litros de agua. Es como usar una pila de agua de lavandero para cada libra.
Tarsilia Silva, decana de la Facultad de Tecnología Ambiental, de la Universidad Centroamericana (UCA), lo dijo de forma diferente. “De verdad deberíamos celebrar cuando cuidamos el agua… porque hoy, cuando hacemos producir una manzana, necesitamos más agua de la que tiene la manzana en sí”.
Tanto Barreto como Vaagth coincidieron en que en los últimos años, un 15 por ciento más de nicaragüenses tiene acceso al agua potable. Del agua dulce del mundo, el ser humano solo bebe el 10 por ciento. El 70 lo consume la agricultura y el 20 restante la industria.