Elízabeth Romero
Nicaragua no experimenta la violencia que provoca el narcotráfico en países como México, pero sí ha conocido casos de sicariato en varias partes del país, reconoció el fiscal regional en Bluefields, Boanerges Fornos.
Los casos más reconocidos se han registrado en Rivas, Chinandega, Regiones Autónomas, Managua y en zonas fronterizas de Madriz y Nueva Segovia, dijo.
Fornos defendió la idea de que no se debe despenalizar la droga en el país, pues consideró que legalizarla le permitiría al crimen organizado “oxigenarse” con dinero fresco.
Esto, porque considera que no dejarán las otras actividades en las que se han diversificado, como la trata de personas, tráfico de armas y de personas.
Según Fornos, a los nicaragüenses les debe preocupar el narcomenudeo, que repercute en la violencia intrafamiliar por la adicción que crea en la comunidad. El investigador del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, Roberto Orozco, manifestó que una de las fuentes de suministro de drogas a consumidores son algunas autoridades del Estado que a nivel individual meten al mercado parte de la droga que incautan.
Es por ello que Orozco es del criterio que se debe poner atención más en la cadena de distribución, de cómo las drogas llegan a manos de los consumidores.
Fornos y Orozco participaron como panelistas en el primer Foro Audiovisual Sobre Violencia, Seguridad y Derechos Humanos.
5,000 kilos de cocaína se estima que incautó el año pasado el Ejército. Según investigaciones recientes del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), de la droga que pasa por el país, una parte va quedando para el consumo interno.
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