Génesis Hernández Núñez
En lo que va del año Pablo Sánchez, productor pesquero de San Juan del Sur, no había sacado sus cuatro lanchas al mar, hasta hace un par de días que se atrevió a sacar dos.
Esto debido a que la pesca “está mala” y los gastos son demasiado elevados; también les afecta el fenómeno de La Niña, porque provoca demasiado viento y enfriamiento del agua y esto ahuyenta a los peces, además que “el alza del combustible es uno de los problemas más grandes que tenemos, nos está perjudicando en gran medida”, expresa.
Y es que la actividad pesquera depende casi en un 95 por ciento del combustible, tanto en el caso de la pesca industrial como de la artesanal y según Armando Segura, director ejecutivo de la Cámara de la Pesca de Nicaragua (Capenic), “cuando se incrementan sus precios tiene una afectación directa, pues hay pescadores que prefieren no salir al mar y esperar que el combustible baje”. “Yo creo que si seguimos a este paso obviamente habrá una caída en la pesca”, advierte.
Pero también habrá perjuicio en el crecimiento del rubro que para este año había sido previsto en 5.3 por ciento, pues afirma Segura que ya algunas pesquerías están bajando su producción, especialmente en camarón del Caribe, porque están trabajando pocos barcos.
“Así que al final del año, cuando veamos que no hubo un crecimiento en general, es porque la acuicultura y particularmente el cultivo de camarón está sosteniendo a todo el sector”, explica el representante de Capenic.
PESCA MARÍTIMA A PIQUE
Los pronósticos de Segura van más allá, pues afirma que lo que proyectan “es un decrecimiento en la pesca marítima, que se mueve con combustible”.
Calculan que el camarón de mar tendrá un decrecimiento superior al diez por ciento, al igual que la pesca de pargo, corvina, pez dorado y langosta. “Pero el camarón de cultivo utiliza menos combustible porque es una actividad que se realiza en estanques que están ubicados en tierra, tiene una expectativa de crecimiento, entre el 8 y el 10 por ciento”, anunció Segura.
Para Cairo Laguna, presidente de la Federación Nicaragüense de Pescadores Artesanales (Fenicpesca), “estas alzas del combustible golpean la economía del productor pesquero, del empresario, del pescador artesanal, que prácticamente están trabajando con un financiamiento que hacen las empresas, que día a día les crea una deuda”.
Como si esto fuera poco, a esto hay que agregarle el cambio climático, que provoca la ausencia de algunas especies o de su alejamiento de las costas.
Por estas razones, explica Laguna, “la pesca está focalizada en la producción de camarón, esa es una actividad más segura porque están en los estanques y se puede programar la cantidad a producir”.
Respecto al ajuste al salario mínimo que se aplicará este año de un 12.5 por ciento, Cairo Laguna, presidente de la Federación Nicaragüense de Pescadores Artesanales (Fenicpesca), afirma que “en la pesca los salarios son simbólicos”. Esto debido a que la idiosincrasia de la pesca artesanal no se apega a este tipo de modelo, porque se utiliza otra lógica de trabajo, explica. “Cuando las embarcaciones regresan de pescar se cubren los costos de operación y posteriormente en términos porcentuales igualitarios, se distribuye dentro de los marinos. En relación con la pesca industrial se establece el salario mínimo y es aplicado a las personas que trabajan permanentes en las plantas, pero el marino como tal no opera así”, agrega.
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