Santiago de Cuba/Agencias
El papa Benedicto XVI hizo ayer un llamamiento a los cubanos para que den vigor a la fe y para que con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen por una sociedad “abierta y renovada” y les exhortó a la reconciliación en un discurso en el que dijo que Cuba “mira ya al futuro” y en el que condenó con firmeza el capitalismo salvaje, “que ha dejado al hombre desprotegido frente a ciertos poderes”.
El pontífice hizo este llamamiento en la homilía de la misa que oficializó en la plaza Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, a la que asistieron varias decenas de miles de cubanos de la isla y del extranjero.
Tras su visita en la que denunció la violencia ligada al narcotráfico y exhortó a la renovación de la fe para combatir problemas como la corrupción y la pobreza, el papa describió su estancia en territorio mexicano como “breve pero intensa que no olvidará”.
“He sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida, unos de más reciente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando. Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos”, apuntó.
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Benedicto XVI también defendió la dignidad del ser humano y manifestó que Dios “ha encomendado a la familia fundada en el matrimonio la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y verdadera Iglesia doméstica”. Dirigiéndose a los matrimonios, les dijo que han de ser para sus hijos “signo real y visible del amor de Cristo por la Iglesia”.
“Cuba tiene necesidad del testimonio de su fidelidad, de su unidad, de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada”, subrayó, en velada condena al aborto. El santo padre agregó: “Estoy convencido de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes”, tras lo que agregó que la Iglesia “renueva su compromiso de seguir trabajando sin descanso por servir mejor a los cubanos”.
SUPERAR BARRERAS
El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, indicó ayer en la misma misa y en presencia del gobernante Raúl Castro, que es necesario que los cubanos superen “todas las barreras” que los separan y que los han conducido a la exclusión, la intolerancia y la violencia.
El empeño de alcanzar el “bienestar y la justicia” se ha visto “oscurecido por los egoísmos, la incapacidad de diálogo y de respeto al otro, la presencia de intereses ajenos a los nuestros, la exclusión y la intolerancia, el acentuar las diferencias, hasta llegar a ser irreconciliables”, dijo García ante unas 200,000 asistentes a la misa.
El pontífice señaló que la misa se inserta en el Año Jubilar del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, la patrona de Cuba, y señaló que le ha llenado de emoción conocer el fervor con el que ha sido saludada e invocada por tantos cubanos, en su peregrinación en los últimos meses por todos los rincones y lugares de la isla.
CARGA DESEOS DE CUBANOS
A su llegada a Cuba, el santo padre manifestó que lleva en su corazón “las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos”, en un país donde en ausencia de toda oposición legal la Iglesia católica busca reforzar su papel de interlocutor privilegiado del régimen comunista. Horas antes de su llegada, la oposición denunció al menos 150 arrestos para impedir protestas durante la visita papal.
El presidente Raúl Castro dijo al pontífice que “Cuba lo recibe con afecto y respeto y se siente honrada con su presencia” tras saludarlo con un apretón de manos y una reverencia al pie de la escalera del avión. Castro destacó que el papa encontrará en Cuba a un pueblo “solidario e instruido”, que lucha por su independencia, la justicia y la libertad.