Querida Nicaragua: Resulta curioso que ante la sugerencia de todos los sectores acerca de que se realice un diálogo nacional, naturalmente con el Gobierno, este permanezca en el silencio que le es característico.
El diálogo es un instrumento sumamente necesario tanto para el Gobierno como para la oposición.
La Conferencia Episcopal, es decir la Iglesia católica y además otras iglesias igualmente respetables, el Cosep, la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense, la sociedad civil, Movimiento por Nicaragua, Hagamos Democracia, Comisiones de Derechos Humanos, sindicatos, gremios profesionales y en fin todos los sectores de la vida nacional piden un diálogo para solucionar los problemas. ¿O es que el Gobierno cree que no tienen problemas?
La Alianza PLI, luego de reunirse con todos los sectores, está lanzando el reto al Gobierno para realizar un encuentro, no para repartirse cargos en los poderes del Estado, sino para discutir las garantías necesarias para ir a unas elecciones municipales limpias y transparentes, para hablar sobre las recomendaciones hechas por la misión de observadores de la Unión Europea, pero sobre todo para conversar sobre la urgente necesidad de volver al Estado de Derecho, a la imparcialidad de los poderes del Estado: judicial, electoral, Contraloría, etc.
Un gobierno que no dialoga y que permanece amurallado, esperando el momento propicio para poner contra la pared a su contrincante, es un gobierno malintencionado. Y eso es lo que se siente en la actualidad. El Gobierno parece estar dándole largas al asunto del diálogo, pero mientras tanto sus operadores políticos andan por todas partes escogiendo sus candidatos a puro dedo, sus concejales, sus miembros del Poder Ciudadano y demás.
Nunca se ha visto un Gobierno tan irrespetuoso como este. Tuvimos a la vista una foto aparecida en el Diario LA PRENSA, que es una vergüenza para los periodistas independientes, a quienes no se les permitió sentarse en los muebles de la llamada “Casa de los Pueblos” y tuvieron que sentarse en el suelo. Este tipo de actitudes ante la prensa independiente retrata de cuerpo entero al gobierno de facto de Ortega.
Un gobierno como este, al que parece no importarle nada, es difícil que vaya a un diálogo con buenas intenciones. Seguramente querrá imponer su criterio y doblegar al contrincante.
La Alianza PLI no busca repartirse cargos, eso sería como regresar a los pactos tan repudiados por el pueblo y debido a los cuales el PLC está pagando un alto costo político. La Alianza PLI exige seguridades y garantías en las elecciones municipales, institucionalidad en el Gobierno, nombramiento de magistrados y funcionarios que sustituyan a los actuales que son ilegales; que no continúen las confiscaciones, que terminen las zancadillas, leguleyadas y sinvergüenzadas de algunos orteguistas que se apoderan hasta de centros de salud.
Es probable que el Gobierno no quiera escuchar todo esto y por eso le da largas al pedimento de diálogo que está haciendo la Alianza PLI en nombre de todos los sectores nacionales.
Sin embargo, es obligación de la Alianza insistir en este diálogo para que al final no se le culpe por alguna violencia que pueda generar el actual estado de cosas. Somos civilistas y es por eso que apoyamos el diálogo.
El autor es director general de Radio Corporación.