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Fernando Centeno Chiong

Ciudadanos de segunda

El primero de diciembre de 1955 una ciudadana afroamericana llamada Rosa Parks subió a un autobús en Alabama, Estados Unidos, y ocupó un asiento destinado solo para blancos, en un momento que su país vivía una época de segregación racial, y donde los negros eran humillados especialmente en el sur, donde no podían compartir lugares públicos por su color.

Cuando el conductor del autobús le pidió que se quitara para cederle el lugar a un blanco, amenazándola con hacerla arrestar, la mujer con mucha valentía le contestó: “Hágalo. Ya estamos hartos que nos empujen a todos lados…”.

Su actitud provocó que esa noche pasara en la cárcel y pagara una multa para salir libre, pero su gesta inició un gran movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, en el cual estuvo involucrado un joven predicador que posteriormente se convertiría en mártir: Martin Luther King.

Luego de casi un año de protestas, la Corte Suprema de Justicia determinó que dichas disposiciones eran inconstitucionales y que todas las personas son iguales ante la ley. No había ciudadanos de primera, ni de segunda.

Hace pocos días leyendo un periódico local me impactó la fotografía de un grupo de colegas sentados en el suelo en una sala de espera de la llamada “Casa de los Pueblos”, porque les prohibieron usar los lujosos y apoltronados sillones del edificio chicha. Recordé la escena de Rosa Park sentada en una silla destinada a los blancos y haciendo valer su derecho de que todos somos iguales ante la ley y diciendo: “Ya estamos cansados que solo nos empujen”.

Esta es la sensación que debe sentir el periodismo independiente en Nicaragua en los últimos años. Ser tratados como ciudadanos de segunda, discriminados en las coberturas oficiales y de las pautas publicitarias de las empresas y organismos estatales, marginados de las actividades no solo del Gobierno central, sino de entes autónomos y ministerios, y sobreviviendo en medio de la peor crisis económica que han pasado en los últimos años.

Más de un 60 por ciento de los noticieros y revistas radiales a cargo de periodistas independientes han cerrado. Los principales medios de televisión han pasado a integrar una especie de monopolio, donde el derecho a disentir quedó relegado ante el temor del desempleo, y donde las funciones de los medios priorizan la diversión, antes que la información y la orientación.

Pero no solo en el periodismo nacional se observa la discriminación, quizás no al estilo de Rosa Parks sino en la adjudicación del derecho a una vivienda, a un trabajo, a materiales de construcción, bonos, privilegios, cartas de recomendación, etc., etc., destinados ahora a una nueva élite de “ciudadanos de primera”.

El artículo 27 de nuestra Carta Magna dice expresamente: “Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección. No habrá discriminación por motivos de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o condición social”.

La realidad es otra y al parecer el ejemplo de Rosa Park debe ser recordado y actualizado para que las nuevas generaciones al conocerlo se convenzan que los derechos se pierden si no se saben defender.

Cuando a los millares de manifestantes negros, luego de casi un año de marchar en Estados Unidos pidiendo el fin a la discriminación, les preguntaron si estaban cansados, contestaron: “Nuestros pies sí, pero nuestras almas están liberadas…”.

Y nosotros, ¿ya tenemos los pies cansados? El autor es escritor y periodista.

Opinión

COMENTARIOS

  1. Denso
    Hace 12 años

    Tiene toda la razon DonFernando;pero que se puede hacer?,esta pregunta no la hago por mi,ni tampoco se la hago a usted,ya que usted y yo ya sabemos la respuesta;me refiero a este pueblo que no termino jamas de despertar;que cada dia que pasa se parecen mas a los “willdebys”africanos,que se lanzan al rio solo cuando lo hace su “lider” aunque el rio este lleno de cocodrilos que los van a destrozar a pedazos;parece que el borreguismo es el futuro de este pueblo;no avizoro otro a lo inmediato

  2. Dama de las Camelias
    Hace 12 años

    El gobierno no hace nada por sus ciudadanos. El gobierno del Salvador ayuda a sus ciudadnos a financiar su gastos de migracion por medio de prestamos. Mucha gente vive de las remesas que mandan lso nicas. Pero si en Nicaragua son de segunda. A todo mundo le gustan los dolares pero sean mas amables con la gente que los hacen. Hay muchos nicas en TPS y deberian ayudarlos para que ellos ayuden a su gente en Nicaragua.

  3. Lorena Perez
    Hace 12 años

    Buen articulo Don Fernando. Que decir de los que nacimos en Nicaragua y nos fuimos pero por razones familiares tenemos que volver no sentimos extranos en nuestro pais de nacimiento. Donde piden cedula y no dan oportunidad de sacarlas por mi trabajo en vivido en varios estados de USA Florida, Colorado, North Carolina, Missouri y ahora en Massachusetts me impresiona la atencion que les da su consulado a Salvadorenos, Hondurenos y ni que decir los Mexicanos. En Nicaragua uno se siente como volver a

  4. Andrecito el CONTRA a quien le harda
    Hace 12 años

    Buen reportaje, nada ha cambiado de la oprobiosa dictadura de 32 años (sandino comunista) desde arriba y abajo han destruido al pais, robos de elecciones (traicion a la patria, la cual se paga con paredón) robos indiscriminados (confiscaciones en vocabulario sandinista), asesinatos de cuadros de la Nueva CONTRA, y obispos que no comulgan su politica estalinista mercenaria, compra de voluntades, con chanchitos donados, zinc, celulares, rotonderos/bachilleres pagados, y sus salarios solidarios

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