Wendy Álvarez Hidalgo
Nicaragua necesita atraer inversión que demande más mano de obra, desarrollar un plan estratégico de manera que las remesas no solo se usen para consumo y ampliar la oferta exportable, aumentando la capacidad productiva y dando más valor agregado. Estas tres condiciones permitirían que el dinamismo de estos tres sectores impacte con mayor fuerza en el crecimiento de la economía nacional.
Esa es la explicación de los economistas Adolfo Acevedo y René Vallecillo, sobre por qué los crecimientos récord de las exportaciones, remesas e inversión extranjera en 2011 tuvieron un impacto “tímido” en el crecimiento de la economía nacional, que fue de 4.7 por ciento.
En 2011 la inversión extranjera directa creció un 90 por ciento en relación con el 2010; las exportaciones 23.3 por ciento, sin incluir zonas francas; y las remesas crecieron 10.79 por ciento.
El economista Acevedo recuerda que entre los años sesenta y setenta había tasas de crecimiento en exportaciones similares a las actuales y la inversión extranjera era “muy inferior” y aún así se producían tasas de crecimiento económico de un promedio del siete por ciento anual.
En contraste, entre 2006 y 2011 la inversión extranjera creció a una tasa promedio anual del 28 por ciento, pero el Producto Interno Bruto solo creció a una tasa promedio anual de 2.7 por ciento en el mismo período, “para una elasticidad del crecimiento con respecto a la inversión extranjera de apenas 0.1”, explica el experto.
INVERSIÓN EMPLEA POCA MANO DE OBRA
¿Qué factores inciden en este bajo impacto económico? El economista René Vallecillo sostiene que más del 50 por ciento de lo que entra es para telecomunicaciones y energía, que “no tienen una alta incidencia en la mano de obra”. “Es más intensiva en capital, es decir en maquinarias y equipos. Si bien hay impacto, pero no se está traduciendo en generación de empleos”, agrega.
Acevedo, por su parte, señala que el problema es que la demanda de mano de obra en sectores como minería, comunicación y energía ya concentra gran parte de la mano de obra que necesitan. De hecho, la minería tiene asegurados a unos 4,000 obreros; en energía hay 7,000 afiliados; y en transporte y comunicaciones 19,000.
También influye —añade— el hecho de que los sectores hacia los que se orienta la inversión extranjera se caracterizan por limitados encadenamientos intersectoriales y por tanto no generan efectos multiplicadores significativos.
Vallecillo soastiene que se debe crear un plan para que las remesas se usen para invertir. “Es decir crear pequeños negocios y así crear nuevos puestos de trabajo e impactar más en el PIB”, afirma.
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