Judith Flores
Corresponsal/Miami
Entre sollozos Cecia Soza, de 15 años, recuerda la última vez que vio a su padre Ronald Soza, de 43, antes de ser detenido por la Policía, la mañana del pasado miércoles, en Pompano Beach, “él nos fue a dejar a la escuela a mi hermano y a mi, iba para el trabajo pero se le olvido algo en la casa y se regresó, en el camino fue detenido por la Policía y se lo llevaron porque no tenía licencia para manejar”.
Soza a quien el Servicio de Inmigración y Aduana (ICE), le deportó a su esposa Maricela Vallejos Soza, en el 2009, también tiene orden de deportación.
Se quedó en Estados Unidos, donde reside desde hace 15 años, para pelear por su estatus de permanencia legal ante un Juez de Inmigración, lograr el retorno de su esposa y ofrecerles un mejor futuro a sus hijos.
Nora Sándigo directora ejecutiva de la Fraternidad Americana Nicaragüense, que desde la noche del jueves tiene a su cargo a los hermanos Soza Vallejos, informó que las autoridades de ICE, han mostrado interés inicial en hacer efectiva la deportación de Soza a su país de origen, al imponer una retención de inmigración que que temporalmente prohíbe la liberación bajo fianza.
Aseguró que el caso de Soza, no es nada fácil pues en noviembre pasado un Juez de Inmigración, emitió una sentencia desfavorable para él. “Esto significa que la sentencia de deportación permanece firme, él no la apeló por falta de dinero, pues aunque tenga una casa para vivir tuvo que rentar un apartamento para evitar a Inmigración y poder tener sus hijos, es el único sostén de su familia”.
La activista dijo que están apelando a la nuevas directrices que emitió el presidente Barack Obama, que permite a personas con sentencias de deportación a permenecer en el país siempre y cuando no tengan un récord criminal.
Otra de las desventajas que enfrenta el nicaragüense es que no cuanta con un abogado especializado en Inmigración ante la falta de recursos. Sándigo hizo un llamado a la comunidad nicaragüense en la Florida, y resto de comunidades a unirse en apoyo a la familia Soza.
“Se trata de una familia trabajadora que quiere estar unida en este país donde residen desde hace mas de una década”. Futuro de menores incierto. “
El pidió a los oficiales que le permitieran recoger a sus hijos en la escuela, quería dejarlos en manos seguras pero no se lo permitieron”, dijo Sándigo.
Los menores, que durante la detención de su madre en el 2009, realizaron una huelga de hambre de cuatro días para llamar la atención de las autoridades e impedir su deportación, nuevamente enfrentan ese triste episodio.
Los hermanos Soza estaban residiendo en Pompano Beach, en el Condado Broward, ahí asistían a la escuela, pero hoy tuvieron que emigrar a Miami, donde permanecerán mientras se define la situación de su padre.