Lucía Navas
El sector privado y Gobierno se preparan para dar inicio en el primer semestre del año a la discusión sobre una nueva reforma tributaria. Para el economista José Luis Medal esa reforma no debe pensarse únicamente en cómo se aumenta la recaudación de impuestos, sino que deberá corregir lo que para él son grandes distorsiones en el sistema.
La propuesta de Medal es de “un pacto fiscal”, el cual significa que “no solo un grupo empresarial de poder” discuta con el Gobierno. Esto lo recoge en su estudio Hacia un Presupuesto Público para Promover el Desarrollo de Nicaragua , que realizó junto con la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
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Medal es de la postura que se debe “desmantelar en Nicaragua el amplio sistema de exoneraciones y exenciones de impuestos que gozan ciertos sectores y que de acuerdo con el Ministerio de Hacienda, representan el nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
“Es como absurdo que un asalariado que gana un sueldo muy reducido termine pagando IR y un gran empresario de zona franca y turismo no lo pague. Tenemos un sistema tributario que es antipobre”, agrega.
Con un cambio así, no cree que se afecte el crecimiento económico y por ende el empleo que generan estos sectores. “Muchas empresas de zonas francas son extranjeras y están dentro de un sistema de renta mundial, lo cual significa que el IR que no paga en Nicaragua se lo terminan pagando al Fisco de EE. UU. y Taiwán”, asegura. Su sugerencia es que mejor ese IR lo paguen a Nicaragua.
Medal ve positivo que se revise la Ley de Incentivos Turísticos para que sus beneficio se extiendan a las pymes y no solo a las grandes inversiones.
A BOLSAGRO NO LE GUSTA
Medal califica de “discriminatorio” el tratamiento fiscal especial para quienes transan en la Bolsa Agropecuaria, porque considera que el mismo beneficio debería extenderse al sector comercial e industrial para que solo paguen una retención definitiva el 1.5 y 2 por ciento.
Pero Felipe Argüello, gerente de la Bolsa de Productos Agropecuarios (Bolsagro), no está de acuerdo pues afirma que “no es un régimen de beneficio sino solo una forma simplificada de pagar los impuestos, pero no evita que el producto declare su obligación a la Dirección General de Ingresos (DGI)”. “Puede ser engañoso decir que se paga el 30 por ciento sobre tus utilidades, que es lo que paga el régimen general, pues el 1.5 por ciento al 2 por ciento lo pagás sobre los ingresos, ya sea si ganás o perdés”, afirma.