ACAN-EFE/LAPRENSA.HN
El secretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) un préstamo para construir mejores cárceles y “cumplir” con “la deuda social” que tiene el país con los reos.
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Unos 13 reos murieron ayer en una cárcel en San Pedro Sula, en un motín de seis horas que se produjo en la mañana y generó un breve incendio y un tiroteo. La tragedia sucede mes y medio después que 361 reos fallecieron en un incendio en la cárcel de Comayagua.
La cifra de los muertos fue confirmada por el secretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, mientras versiones no confirmadas indicaron que podría haber otros siete reos muertos en una de las celdas de la cárcel. El comisario Yair Mesa habló de un reo decapitado, cuya cabeza fue lanzada al exterior del penal.
El motín se habría producido tras una riña entre reclusos llamados los paisas, que son los reos que no están vinculados con ninguna de las dos pandillas que operan en Honduras, la Mara Salvatrucha (MS) y la Mara 18 (M-18). El fuego se desató en uno de los módulos de la prisión de San Pedro Sula y fue sofocado por los propios reos con baldes de agua, tras lo que se hallaron los cuerpos, según los reportes oficiales.
Walter Amaya, jefe de la policía, afirmó que “bandas organizadas que están en pleitos provocaron” el incendio, pero pidió “esperar los resultados de las investigaciones” para precisar lo sucedido.
El obispo de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani, quien llegó al penal para negociar, aseguró que los presos habían accedido a la negociación a cambio de agua y alimentos. Además, declaró que “hace tiempo que todo el mundo sabe que a las autoridades no les interesan las cárceles, una bomba de tiempo que seguirá estallando”.