Desarrollo es también un asunto de mentalidad y actitud. Si pensamos que seguiremos mal porque hemos estado y seguimos estando mal, lo lograremos. Si pensamos diferente podemos “desarrollar nuestro desarrollo”.
Así, existen tres corrientes: (Una): no hacer nada, porque como estamos mal no lograremos nada, actitud nada extraña en Nicaragua; (Dos) tratar de mejorar lo que hemos venido haciendo mal, con malos resultados: lo mismo de lo mismo y casi por los mismos. En ambos casos estamos aplazados por llevar al país a ser el segundo más pobre de Latinoamérica. Excepcionalmente, cuando se han mezclado políticas macroeconómicas adecuadas, programas/proyectos enfocados y liderazgo, se ha logrado algo; y (Tres) hacer bien lo que se debe hacer, cosas nuevas y tradicionales, con mentalidad y actitud abiertas, para así obtener buenos resultados. Significa oportunidades, ligadas a activos nacionales (ejemplo, unos 400 millones promedio de metros cúbicos de agua van diariamente al Atlántico, sin usarse), que tenemos que analizar e implementar según corresponda, sin descuidar necesidades tradicionales macro/microeconómicas, políticas, jurídicas, sociales, culturales y humanas.
Entre las oportunidades existen: (a) el Gran Canal Interoceánico; (b) generación y uso de agua y energía, ligadas o no al Gran Canal; (c) puerto de aguas profundas en el centro de Nicaragua, usando el Gran Canal; (d) riego entre el lago de Managua y el Estero Real, usando aguas de río Viejo y del Sinecapa; y (e) producción de verduras (principalmente en Occidente, Centro y Norte del país) y comercialización en el este de Estados Unidos, en coinversión con plantas suplidoras de dichos mercados, las cuales por razones de la naturaleza cierran operaciones parte del año. El enfoque sería similar al del exitoso Plan Prolacsa/Camabocho de los sesenta/setenta.
Existen otros megaproyectos, más por necesidad, ejemplo: desarrollo de: (a) el Estado nicaragüense; (b) educación; (c) valores humanos; (d) macro/microeconomía sostenible; (e) pequeñas y medianas empresas; y (f) mentalidad abierta proactiva, todos incluyendo sus asignaturas correspondientes. Los pobres logros no significan que nos olvidemos de dichos temas, sino que nos replanteemos qué hacer y cómo.
La magnitud de los ejemplos anteriores o lo poco logrado no los hace “fantasías irrealizables”. Son oportunidades y necesidades reales. Cuando Julio Verne escribió 20,000 Leguas de Viaje Submarino , Viaje al Centro de la Tierra , De la Tierra a la Luna , parecían “imaginaciones fantasiosas”. Cuando don Fernando de Lesseps planteó construir el Canal de Suez —y luego el de Panamá— no solo dijeron que “andaba en las nubes”, sino que “casi lo declaran loco”. Se decía que no perdieran tiempo en quimeras, por haber cosas más importantes que hacer. ¿Y Rubén? Apareció en un medio nacional menos que ilustrado. Si antes de su erupción literaria y filosófica alguien lo hubiera pronosticado, lo menos que le hubieran dicho: “Deja de hablar disparates”. Hoy, todo ello es realidad, no por magia ni por cuentos, sino que por trabajo. No todos tenemos que estar de acuerdo con una idea. El debate es saludable y enriquecedor, pero debe ser informado y no solamente por reacción, como le sucedió a don Fernando.
En cuanto al Gran Canal, es una necesidad mundial y oportunidad nacional, para disminuir costo de carga marítima y tiempo de navegación —relevantes para el desarrollo del comercio mundial—, y aprovechar demanda insatisfecha de más de dos veces la capacidad del Canal de Panamá, usando nuestros recursos naturales: ubicación geográfica, disponibilidad de agua y las tierras mas bajas del continente entre el Atlántico y Pacífico. Una comisión gubernamental analizó su viabilidad preliminar como proyecto de inversión, por primera vez en nuestra historia, durante 2000-2006, trabajo que se debe aprovechar. El Perfil del proyecto presentado por la comisión incluye aspectos de mercado, ingeniería y diseño, ruta (Brito/Las Lajas/Lago de Nicaragua/Oyate/Laguna de Bluefields), ambientales, legales e institucionales, financieros y de desarrollo). Concluye que sería viable y rentable, con dos grandes componentes: canal para barcos de hasta 250,000 toneladas métricas (TM) de capacidad, y desarrollo del medioambiente. El costo sería de unos US$$20,000 millones (para comparación: de finales de 1970 a la fecha Nicaragua ha recibido unos US$$30,000 millones de ayuda externa, y ¿dónde están los logros?). El Estado promovería el GCanal y en asociación con el sector privado nacional/internacional se estudiaría en detalle, construiría y operaría, según anteproyecto de ley propuesto por la Comisión.
La capacidad actual y futura del Canal de Panamá (no se está ampliando —limitación de 12.2 metros de calado— sino que construyendo un juego de esclusas para portacontenedores —20 por ciento del total de carga marítima—), es y será para barcos cargueros de hasta unas 60,000 TM, y para portacontenedores de hasta unas 100,000 TM. La mayoría de los barcos en construcción y una cantidad significativa de los existentes nunca podrán pasar por dicho canal, teniendo que ir vía Estrecho de Magallanes, Cabo Buena Esperanza, o Canal de Suez, para cruzar del Atlántico al Pacífico y viceversa (hasta 36 días más de navegación y US$$2 millones más por viaje), constituyendo el mercado para el Gran Canal, sin competir con Panamá.
El GCanal, además, aceleraría significativamente el desarrollo de Nicaragua, aumentando entre dos y tres veces el Producto Interno Bruto (sin considerar otras inversiones y cambios que promovería: ejemplo, en energía, riego, agroindustria, turismo, puerto interno, centro financiero regional/mundial, centro logístico de carga regional, vías de comunicación, pasar de país marítimo a marino, registro de buques, integración del país, empleo y nuevos tipos de empleo, mejora del medioambiente, nuevas actividades de negocios y requerimientos profesionales, perspectivas y oportunidades para la juventud). El GCanal, con impacto positivo significativo en Centroamérica y en el mundo, es un “Proyecto País”, no de una persona o de un grupo, con sus propios tiempos, que obviamente no resolvería todos nuestros problemas. Por eso, tenemos que trabajar bien las oportunidades y necesidades tradicionales y nuevas. Logros personales o nacionales requieren de soñar, aterrizar, analizar, decidir, actuar, revisar, hacer lo correcto y correctamente. ¡Y veamos sueños y resultados! Divinos Verne, De Lesseps y Darío, cuántos de ustedes necesitamos para que oportunidades y necesidades o “Proyectos Países”, sean realidad. El autor es desarrollista y fue Coordinador de la Comisión del GCanal.
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