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LA PRENSA/FOTOS:AP

“Dios me sostiene”

Hay una mezcla de admiración, sorpresa y quizá hasta de cierta confrontación, en la mirada de un numeroso grupo de jóvenes que escuchan con atención a Mariano Rivera, mientras les habla en un círculo que se ha improvisado en el comedor del complejo de Ligas Menores de los Yanquis.

Edgard Rodríguez C. – Tampa/Florida

Hay una mezcla de admiración, sorpresa y quizá hasta de cierta confrontación, en la mirada de un numeroso grupo de jóvenes que escuchan con atención a Mariano Rivera, mientras les habla en un círculo que se ha improvisado en el comedor del complejo de Ligas Menores de los Yanquis.

“No quiero molestar a nadie, pero voy a ir sin rodeos, porque en la vida hay que ir de frente. La verdad es que hasta ahora, ustedes no han logrado nada. La fama, el dinero y la grandeza están en las Ligas Mayores. Entonces hacia allá tiene que apuntar su esfuerzo”, les señala.

Rivera sabe de lo que habla. Él lo ha conseguido todo. Pero ha batallado duro para alcanzar el nivel que tiene. Se ha convertido en el mejor relevista de la historia, en el máximo salvador de partidos y en una celebridad dentro y fuera del campo, que indudablemente debe terminar en Cooperstown.

“No les hablo así para desanimarlos, sino para advertirles que hay muchas distracciones y que si ustedes pierden el enfoque, no lograrán nada. Lo que quiero decirles es que si yo me establecí, ustedes también pueden hacerlo, pero tienen que ganárselo, nadie les regalara nada”, agrega.

El formidable relevista panameño parece lanzarles una recta por el centro del plato a los jóvenes, cuando les pregunta que quién lo va sustituir a él como cerrador en los Yanquis. Y antes de cualquier respuesta, les anticipa que tienen que arrebatarle el lugar, no se los dará gratis.

Mariano se ha convertido en una leyenda viviente y a pesar del paso del tiempo, su brillo parece no tener fecha de vencimiento. Cada año pareciera que será el último, pero en lugar de apagarse su desempeño alcanza un mayor resplandor, que nadie sabe qué más hará.

[doap_box title=”Podría ir al clásico” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Mariano Rivera afirmó que considera seriamente ser parte de la escuadra panameña en la ruta hacia el Clásico Mundial de Beisbol, cuya eliminatoria será precisamente en tierras canaleras.

“Sí, estoy pensando seriamente en ser parte del equipo. Ojalá Dios me mantenga libre de lesiones y pueda representar a mi país en el Clásico”, indica Rivera.

Y sobre el ya icónico envío conocido como la “cutter” o recta cortada, Rivera asegura que nadie se la enseñó, simplemente tomó la bola y de pronto, esta se movió hacia las manos del bateador.

“Ahí es donde digo que Dios intervino porque nadie me dijo, ‘toma la bola así’, para que haga esto. Simplemente lo hice. Ramiro Mendoza trató de tirarla, pero no le hizo el mismo quiebre”, dice.

Consultado sobre las perspectivas de su hijo Mariano Jr. en el beisbol, aseguró que su decisión es que vaya a la escuela y obtenga un título. Luego, quizá podría jugar pelota.

A través de su carrera, Rivera acumula balance de 75-57, con 603 salvados y 2.21 en efectividad. Esa efectividad solo es superada por el 2.20 de Ed Cicotte entre lanzadores con al menos 1,000 entradas lanzadas desde 1912 hasta nuestros días.

Sus 603 salvados son el récord de todos los tiempos e irá contando a través de la temporada próxima. El pasado 19 de septiembre, llegó a 602 rescates y dejo atrás la marca de Trevor Hoffman (601). El lanzador activo que le sigue es Francisco Cordero de 36 años con 327 partidos asegurados.

Este panameño es el tirador que más partidos ha lanzado en la historia de los Yanquis con 1,042, y es el noveno en la lista de todos los tiempos. El líder es John Franco con 1,252.

Pero sobre todo, Mariano es un ejemplo de superación y de consistencia. Una demostración clara de que se puede alcanzar la cima sin perder contacto con el piso.

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Nacido hace 42 años en Puerto Caimito, Panamá, Rivera viene de acumular 44 rescates y 1.91 en efectividad, con 60 ponches en 61.1 innings en la temporada pasada, en la que se convirtió en el relevista con más salvados en la historia con 603, y hasta ahora, no hay señales de declive.

“He dicho que voy a dejar avanzar la campana para ver cómo me siento y entonces descubrir qué es lo que Dios quiere que haga. Me siento bien, pero uno no sabe qué es lo que Dios dispondrá”, señala Rivera, luego de lanzar una entrada en un juego de Ligas Menores, en Tampa.

Dialoga con LA PRENSA

:::Hablaste con muchafranqueza a los prospectos…

Así lo hago siempre. Yo creo que no hay que darle muchas vueltas a las cosas. Muchas veces nos complicamos la vida por no enfrentar las situaciones que se presentan. Quiero mucho a todos los jugadores de nuestros países, pero muchos se quedan en el camino porque pierden su concentración.

:::En el montículo también sos así de frontal, ¿no?

También mi hermano. Como decía, no hay que andar con rodeos. Yo subo al box y lanzo strikes. Si lo haces, puedes tener éxito o fallar, pero el que anda con vacilaciones no consigue nada. Cada vez que lanzo yo quisiera sacar mi inning con el menor número de lanzamientos posibles.

Nada es regalado

:::Incluso los retaste a que te quiten el puesto…

Sí, pero lo hago para motivarlos a que peleen, que entiendan que al toro hay que tomarlo por los cuernos. Que no porque sean subidos a las Mayores, o porque el hecho de que vienen de Panamá, República Dominicana o Nicaragua, es que ya lograron su meta. No, tienen que pelear su lugar.

:::¿Cómo fuiste vos cuando eras un prospecto?

Trabajé duro siempre, Dios vio mi esfuerzo y me bendijo. Imagínate que me multaban porque corría más de lo que me ordenaban. Yo me levantaba a correr y vieron que perdía mucho peso, pero yo no paraba de hacerlo y creo que la mano de Dios y ese esfuerzo, es lo que me sostiene.

:::¿Tus herramientas eran llamativas?

No, yo no era tan bueno como muchos de estos muchachos que tenemos en las Ligas Menores. Solo imagina que lanzaba 86-87 millas y delgadito. Pero tenía claro en mi mente y mi corazón lo que quería para mi vida y traté de no apartarme de eso. Y ahí justo entró Dios a ayudarme.

:::Un joven preguntó que si no te hacía falta la familia…

Sí, y le dije que sí, que me hacía falta. Me hacía falta mi novia también. Pero le respondí que la clave es recordar a lo que se viene y de dónde se viene. Yo nunca lo olvidé y trabajé con toda la pasión que podía. Solo así se puede salir adelante. Dios ve tu esfuerzo y te recompensa.

:::¿Aún sentís esa pasión de joven a esta edad?

Todavía la siento. No estoy aquí solo por el dinero. Estoy porque disfruto lo que hago y porque trato de cumplir el propósito de Dios en mi vida. El día que no sienta esa pasión, me iré. Pero quiero pensarla bien, porque cuando me vaya, ya no regresaré. No parece serio eso de volver después.

 Mariano Rivera, “taponero” de los Yanquis, con Edgard Rodríguez, de LA PRENSA.

Dios, la clave de su éxito

:::¿Qué ha permitido tanto éxito?

Dios. Él es la fundación de mi vida. Y veces cuando creo que yo lo he hecho todo, Él se encarga de hacerme saber que es su mano la que me sostiene. Yo no soy perfecto ni un supermén, soy un pecador, salvo por la gracia de Dios y siento mucho orgullo de ser cristiano. No hay vergüenza en mí.

:::¿Cómo imaginabas tu carrera cuando joven?

Pensaba que podía llegar a las Grandes Ligas y mantenerme unos cinco o seis años y luego salir. Esos eran mis pensamientos, pero como nuestros pensamientos no son los de Dios, ni sus caminos son los nuestros, entonces, aquí continúo andando y vamos a ver hasta cuándo.

:::¿Cómo ves al equipo de este año?

Muy bien. Me parece que tenemos un buen equipo. Claro, ahora falta que vayamos a probarlo en el terreno de juego. En el papel se ve bien. Pero tenemos que demostrarlo ganando. Aquí la cosa es ganar el campeonato. Este no es un equipo para competir. Aquí se trata de ganar.

:::A nadie le gusta perder, pero a ustedes los afecta más…

Esta es una organización comprometida con la victoria. Aquí la cosa es ganar el campeonato. Menos que eso, es un fracaso. A mí en lo personal no me gusta perder ni en los entrenamientos. Claro, se pierde, pero vamos dar lo mejor de nosotros.

:::¿Ya no te da nervios al lanzar bajo presión?

El nervio es normal en el ser humano, pero te convertís en un profesional cuando logras dominar ese nervio. Yo me pongo nervioso cuando estoy fuera del juego y miro a mis compañeros batallando o cuando algo les sale mal, pero una vez que estoy en el box, estoy en mi ambiente.

Deportes Mariano Rivera Yanquis archivo

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