PYONGYANG/AP/AFP
Ese lanzamiento “demuestra claramente que no podemos confiar en ellos para que mantengan sus compromisos” dentro del acuerdo anunciado el 29 de febrero, afirmó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ben Rhodes.
Estados Unidos ofreció enviar 240,000 toneladas de ayuda alimentaria a cambio del compromiso del régimen norcoreano de suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio y renunciar a las pruebas nucleares y al lanzamiento de misiles de largo alcance.
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El muy anunciado lanzamiento de satélite por Corea del Norte se convirtió ayer en un fracaso de casi 1,000 millones de dólares, humillando al nuevo líder del país y causando la condena de varios países que lo consideraron una prueba encubierta de tecnología misilística.
La desintegración del satélite y su cohete portador sobre el Mar Amarillo causó un reconocimiento público nada habitual de fracaso por Pyongyang, que había anunciado el lanzamiento como una muestra de fuerza en medio de los problemas económicos del país.
Corea del Norte reconoció la falla del lanzamiento cuatro horas más tarde, en un anuncio en la televisión nacional, diciendo que el satélite que llevaba el cohete no entró en órbita. El lanzamiento fue programado para coincidir con el centenario del nacimiento del fundador de la nación, Kim Il Sung, el abuelo de joven líder.
El lanzamiento generó preocupaciones de que el próximo paso de Pyongyang sea más provocador: un ensayo nuclear, el tercero del país.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que el lanzamiento “infringe directamente” las disposiciones del Consejo de Seguridad y “amenaza la estabilidad regional”, según el vocero Martin Nesirky.
El Consejo señaló en un escueto comunicado que sus miembros convinieron realizar consultas a fin de definir “una respuesta apropiada” a la decisión norcoreana.
Pese al fracaso, Corea del Norte siguió su campaña de actividades y propaganda elogiando a la familia gobernante.
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