AFP
El presidente de la petrolera española Repsol, Antonio Brufau, reclamó este domingo diálogo al gobierno argentino para resolver el futuro de YPF, filial argentina de la española, en medio de los rumores sobre la posible nacionalización parcial de la compañía.
“Siempre hay que hablar, hablar, no imponer ni discursear (sic). Las cosas hay que hacerlas en el despacho y hablar. Siempre digo que (hablando) la gente se entiende”, dijo el ejecutivo a Radio Mitre.
Repsol-YPF es líder en el mercado de combustibles en Argentina. Su filial YPF, privatizada en los años noventa, controla el 52% de la capacidad de refinamiento del país y dispone de una red de 1,600 estaciones de servicio.
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Brufau está en Buenos Aires desde la semana pasada con el objetivo de encauzar negociaciones con el gobierno argentino, luego de que le fueran retiradas a YPF 16 concesiones de explotación por incumplimiento de inversiones, un argumento que Repsol ha rechazado.
La convocatoria de Brufau al diálogo se produce días después de la fuerte reacción del gobierno español en respaldo a Repsol, a través de su canciller José Manuel García Margallo.
El gobierno argentino reclama a la empresa mayor inversión para aumentar la producción, que ha venido cayendo en los últimos años y ha obligado al gasto creciente de divisas en importaciones de grandes volúmenes de hidrocarburos.
El martes próximo se aguarda una nueva reunión, después de la que sostuvieron el jueves pasado la presidenta Cristina Kirchner y los gobernadores provinciales en Buenos Aires, para analizar un plan que podría convertir a la petrolera YPF en una firma mixta, estatal y privada, según fuentes oficiales.
A la cita le precederá el lunes una reunión técnica en el Ministerio de Planificación Federal a cargo del ministro Julio De Vido, con los ministros de Energía de las provincias, según la prensa local.
El viaje de Kirchner a Colombia, para participar este fin de semana de la Cumbre de las Américas en la ciudad de Cartagena de Indias, había abierto un paréntesis luego de las advertencias que lanzó el gobierno de España.
LA REACCIÓN DE ESPAÑA
A través de su canciller José Manuel García Margallo había advertido el viernes que “cualquier agresión, violando el principio de seguridad jurídica a Repsol, será tomada como una agresión por España, que tomará las reacciones que crea oportunas y pedirá el apoyo que considere necesario a sus socios y aliados”.
Desde la cancillería argentina el embajador Oscar Laborde tildó el sábado de “exagerada” esa reacción, que consideró se inscribe “en medio de una profunda crisis interna” de España, a cuyo gobierno acusó de intentar “poner el enemigo afuera”.
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