DAMASCO/AFP
Violentos combates entre soldados y desertores tuvieron lugar ayer en la ciudad de Idleb, mientras el ejército reanudaba sus bombardeos en Homs, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que dio cuenta de 13 civiles muertos.
Ayer fue el primer día en el campo de la misión de observadores, votada el sábado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU, y que se presenta como de alto riesgo para los seis observadores desarmados que se encuentran en la zona bajo la dirección del coronel marroquí Ahmed Himmiche.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer “moderación absoluta” a las autoridades sirias y llamó a la oposición a cooperar, tras estimar que el cese del fuego sigue siendo “frágil” en Siria.
La resolución 2042, la primera adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria desde el inicio de la crisis hace un año, prevé el despliegue en los próximos días de 30 observadores militares desarmados y estipula que Damasco es responsable de su seguridad.
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