Génesis Hernández Núñez
Cuando los cooperantes extranjeros llegaron a Nicaragua en los años ochenta para trabajar con los campesinos en los cortes de café, nadie se imaginaba que, de alguna manera, con la convivencia entre extranjeros y campesinos estaba naciendo una nueva forma de turismo en el país: el turismo rural comunitario, que hasta 2008 sería reconocido como tal y que ahora es un sector que crece a pasos agigantados.
En el primer trimestre de este año se efectuaron 16,852 visitas a iniciativas de este tipo, cifra muy superior a las 11,235 que se reportaron en el 2011.
Harold Ramos, presidente de la Red Nicaragüense de Turismo Rural Comunitario (Renitural), expresó que este desarrollo se empezó a notar desde 2005 cuando “el Servicio de Cooperación Holandés SNV hizo un estudio en el que se contabilizaron 219 personas que directamente visitaban iniciativas de turismo rural comunitario. En el 2007 volvieron a hacer un análisis y sorprendentemente el turismo rural comunitario creció hasta más de 5,000 visitas”.
Este avance se debe en parte al nacimiento de Renitural, que se dedicó al fortalecimiento y la promoción del turismo rural comunitario. “Empezamos a promocionar, organizar, capacitar a las iniciativas y los organismos de cooperación con el tema de reducción de la pobreza se comienzan a interesar por este rubro”, explica Ramos.
César Argeñal, director de gestión y desarrollo de mipymes turísticas del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), explica que parte de este esfuerzo es el programa Fincas Agroturísticas de Nicaragua, que se impulsa con apoyo de la cooperación suiza. “Este proyecto tiene como objetivo darle valor turístico complementario a las actividades que se desarrollan en las fincas”, explica. La donación de la cooperación suiza es de 480,000 dólares, y el Intur ha destinado una contraparte de 250,000 dólares. Hasta el momento —explicó Argeñal— se han elaborado 36 planes de inversión y 36 planes de negocios en igual número de fincas agroturísticas, la mayoría en el norte del país (19 de 36).
Dichas fincas han recibido asistencia técnica y realizarán proyectos de inversión de infraestructura, con financiamiento de Caruna.
En el marco de ese programa, este año el Intur prevé capacitar a 325 personas de esas fincas, tanto en temas de calidad de atención, administración, entre otros temas, “porque así como ellos van a crecer en infraestructura, también tienen que dar un salto en la calidad del servicio”, explica Argeñal.
En las próximas semanas se inaugurará la primera finca que invierte en su mejora en el marco del programa.
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En el 2009 el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) declaró esta actividad como principal herramienta para la reducción de la pobreza y en ese mismo año la Organización Mundial de Turismo realizó un análisis del sector y hubo un gran descubrimiento: habían más de 27,000 visitas a iniciativas de turismo rural comunitario.
Finalmente en 2010 la Organización Mundial de Turismo, la cooperación italiana, Renitural y el Intur hacen un último estudio de un proyecto llamado Fincas Agroturísticas de Nicaragua y concluyen que ya hay más de 100,000 personas que optan por este tipo de turismo.
MAYORÍA SON NACIONALES
Contrario a lo que se puede pensar, no solo los extranjeros prefieren esta opción de turismo. Según Ramos un 60 por ciento de los visitantes son nacionales y un 40 por ciento extranjeros, principalmente de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, Canadá, España, Francia e Italia.
“Hay una mayor cantidad de turistas nicaragüenses porque este rubro turístico ofrece experiencias vivenciales, entonces la gente ha optado por conocer más su país porque es más económico y hay mayores actividades de diversión para la familia”, explica Ramos.
Leopoldo Flores Lovo, de Total Package Tours, opina que “el turismo rural comunitario ha crecido porque el turista demanda otro tipo de ofertas, Granada, León; el turismo de sol y playa de San Juan del Sur ya es algo que está muy demandado y el turista quiere vivir una experiencia más de cerca con la gente nicaragüense y también por el clima, busca lo más fresco, la montaña”.
TAREAS PENDIENTES
Flores Lovo señala que hace falta trabajar en el acceso a zonas donde se ofrece el turismo rural, porque “hay comunidades que tienen lindos atractivos, pero las carreteras dificultan la llegada, sobre todo en invierno, pero a pesar de eso el turista sale satisfecho porque es algo que se transmite de boca en boca y así es que va llegando la gente porque además son sitios seguros”.
Leonardo Torres, presidente de la Cámara Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa Turística (Cantur) afirma que “Nicaragua cuenta con un gran potencial para ese tipo de turismo y tenemos que saberlo aprovechar, como nuestros vecinos del sur”, pero coincide con Flores Lovo en que se necesitan mejorar las condiciones, tanto carreteras de acceso como atención médica en las zonas cercanas.
Agrega que el país debe dar un nuevo giro al turismo rural, porque al turista internacional ya no le interesa mucho el sol y la playa, sino convivir con la naturaleza y con las vivencias de los lugares, como ver ordeñar las vacas o caminar.
Para este año, según datos de Renitural, la meta es alcanzar 150,000 visitas, y con la expectativa de continuar creciendo en los próximos años.
PREPARAN ANTEPROYECTO DE LEY DE TURISMO RURAL
Julio Ruiz, del organismo Posadas Rurales, considera que “el sector aun no está formado”, y que debe ser declarado de interés público por la Asamblea Nacional “para poder obtener beneficios de parte de las autoridades”.
Parte de esa respuesta que exige el sector se estaría dando con una ley que rija el turismo rural. César Argeñal, director de gestión y desarrollo de mipymes turísticas del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), explicó que esa institución prepara el borrador del anteproyecto de ley de turismo rural, que “ va a traer las directrices” del sector, así como “las acciones que se deben tomar” para la sostenibilidad.
La iniciativa empezó a formularse en noviembre pasado y esperan que sea presentada a la Asamblea en dos o tres meses.
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