Su vida ahora no es entre firmar autógrafos y hacerse fotos. Ahora levanta sacos de arroz donados y alerta sobre una crisis humanitaria. Sean Penn no ha perdido interés en Haití, un país azotado por uno de los peores fenómenos naturales de la historia. Desafiando a los escépticos, ha echado raíces en un país que ni siquiera había visitado antes del terremoto de enero del 2010, y se ha convertido en una importante figura en los esfuerzos de reconstrucción. “Pensamos que iba a ser una de esas celebridades que no pasan de una noche” , dijo Maryse Kedar, presidente de una fundación educativa que ha trabajado junto a Penn. “Puedo decir que él sorprendió a mucha gente. Haití se convirtió en su segundo hogar” . En los últimos dos años, Penn ha trabajado fuertemente por este país.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 B