¿Qué tienen en común el tropical San Juan del Norte y las gélidas y ventosas Islas Malvinas?
Ambos son territorios que fueron ocupados por el Imperio Británico durante las primeras décadas del siglo XIX, un período en que resultaba vital a la geo-estrategia inglesa controlar las rutas de navegación y comercio entre las costas Atlántica y Pacífica del continente Americano, en un momento en que tanto los Estados Unidos como la Gran Bretaña en sus dominios del Canadá, estaban logrando controlar las costas del Océano Pacífico, haciendo realidad sus ambiciones de extenderse de costa a costa.
En 1846, Estados Unidos invadió militarmente a México. En previsión de que los ingleses aprovechando la guerra intentaran apoderarse del territorio mexicano de California, el Escuadrón Naval del Pacífico de EE. UU. recibió órdenes de ocuparlo y su comandante John Sloat, fue nombrado gobernador militar de los Estados Unidos en California, consumando la conquista del rico territorio.
Gran Bretaña por su parte, en el mismo año de 1846, acuerda con los EE. UU. un tratado mediante el cual se dividen el territorio del Oregón, formándose la provincia canadiense de Columbia Británica sobre las costas del Océano Pacífico.
Las Malvinas ocupan una posición estratégica para controlar la navegación en el Cabo de Hornos. Habiendo sido parte del imperio español, fueron ocupadas desde 1820 por la nueva República de Argentina. En 1833, Inglaterra invadió el territorio y lo ocupó militarmente, llamándolas Falkland. Desde entonces Argentina las reclama, y hasta se ha dado una guerra por ellas.
Por Nicaragua se encontraba una ruta más corta y que evitaba los peligros de la navegación por Cabo de Hornos. Desde 1539, el gobernador Rodrigo de Contreras descubre y funda en el desaguadero del lago, el puerto de San Juan, el cual tuvo mucha importancia a lo largo de toda la colonia para el comercio y navegación, siendo escenario de numerosas invasiones dirigidas por los ingleses y de constante resistencia local, de manera que puede decirse que la ruta del San Juan fue clave para la formación económica y la identidad nicaragüense. Mediante la Convención de Londres de 1786, los británicos reconocieron la soberanía española sobre toda nuestra Costa Atlántica y con la paz, se reanuda el comercio por San Juan del Norte, que es declarado puerto libre. Al independizarnos de España, el Gobierno de Nicaragua ocupó el puerto que se mantuvo muy activo, pero bajo la mira inglesa por su potencial canalero. En 1848, el ministro inglés Lord Palmerston instruyó al gobernador de Jamaica, Sir Charles Grey, la ocupación del puerto de San Juan. El 1 de enero de 1848 se presentaron los buques de guerra ingleses, Alarm, Vixen y Mosquito desembarcando soldados; la guarnición nicaragüense en el río les hizo resistencia y las tropas británicas se vieron obligadas de avanzar hasta llegar a Granada, amenazando con invadir todo el país, ante lo cual el Gobierno tuvo que negociar y reconocer la ocupación, pero reafirmando nuestra soberanía en San Juan. Los británicos durante su violenta ocupación llamaron Greytown a San Juan, en honor al gobernador inglés de Jamaica.
Al construir EE. UU. los ferrocarriles y el Canal de Panamá, disminuyó la importancia estratégica de la zona y San Juan del Norte entró a un gran letargo.
Recientemente leí con mucho agrado que el Gobierno de la República construyó un moderno aeropuerto que abrirá el flujo a la nueva riqueza del hoy San Juan de Nicaragua: el turismo. Lo que no entiendo es porque al aeropuerto le llaman Greytown.
¿Qué dirían los argentinos si un argentino llamara Falkland a las Malvinas?
¡Por San Juan de Nicaragua!
El autor es sociólogo
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