Por Lucía Navas
En la carrera de los países por avanzar en su desarrollo económico, Nicaragua ocupa uno de los últimos puestos en relación al resto de Centroamérica.
Incluso sorprende que uno de los fuertes motores del país, como es la agricultura, sufrió una desaceleración frente a El Salvador y Honduras, los cuales ganaron terreno en la última década. Estos resultados los recoge el Informe de Desarrollo Mundial 2012, del Banco Mundial, presentado en Washington, Estados Unidos, la semana pasada en el marco de la Reunión de Primavera con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Dicho informe analiza el progreso de la actividad económica de más de 200 países. Compara los indicadores de la década de 1990 al 2000 y cuánto mejoraron o se desaceleraron con respecto a la década que va del 2000 al 2010.
Las calificaciones de Nicaragua son bajas. Si bien muestran que hubo crecimiento en cuatro pilares de la actividad como son agricultura, industria, manufactura y servicio, los resultados fueron menores al del resto de Centroamérica. Incluso evidencian que en la última década el país desmejoró notablemente.
AGRO PIERDE TERRERO
La agricultura se desaceleró fuertemente, pues de acuerdo con el Banco Mundial, mientras entre 1990 y el 2000 mostraba un crecimiento productivo promedio anual cercano al cinco por ciento, los diez años siguientes bajó al 2.9 por ciento.
Pero Manuel Álvarez, productor de sorgo y presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), cuestiona los indicadores. “Me extrañan esos datos”, reaccionó, agregando que es notable el crecimiento en la mayoría de los rubros. Aún así Álvarez admite que “elevar los rendimientos de las cosechas para elevar la productividad es el reto” aún.
José Ángel Buitrago, presidente Excan.
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[/doap_box][doap_box title=”Servicio va por más” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Esa reducción en el dinamismo es lo que hizo desacelerar el crecimiento del área servicios. Pero Fonseca cree que la mejoría, desde hace tres años en la oferta de call center y empresas que ofrecen exportación del manejo de las planillas y servicios bancarios, así como la expansión de servicios de energía y transporte, permitirán mejorar el indicador para el 2015.
Para que funcione, sostiene, se debe mejorar el clima de negocios y hacer crecer la oferta de personal bilingüe.
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Ejemplifica con la cosecha de maní, que alcanzó récord al mejorar los rendimientos por área. “De 50 y 60 quintales se ha pasado a 80 e incluso algunos productores están cosechando 90 quintales por manzana”, detalla.
Igual de positivo se muestra con el sector azucarero, donde se proyecta obtener 13.2 millones de quintales en 2012. “Siento que los últimos años hemos ido hacia arriba, hacia arriba. La única explicación que me doy es que tal vez al medirnos en la media con el resto (de países) quedamos bajos”, analiza.
Álvarez afirma que el sector agro “va en la línea correcta”, pues hay importantes inversiones. Menciona que en El Pellizco, comunidad del municipio de Chinandega, se está instalando una planta de secado y almacenamiento de sorgo, soya, maíz y arroz. La inversión es de 1.5 millones de dólares y la capacidad de la planta será para 58,000 quintales de granos. “Y vamos a invertir un millón de dólares más para extenderla a fin de procesar nuestros productos y no venderlos de forma primaria”, dice Álvarez.
LAS PIEDRAS POR QUITAR
Pero José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), acepta que los serios problemas en el ámbito político y la carencia de estrategias concretas, por parte de los gobiernos de turno, son la causa del estancamiento productivo del agro.
“Después del noventa la economía quedó revuelta y el aspecto político tiene que ver con el desarrollo. Mi punto de vista es que en Nicaragua ningún Gobierno le ha prestado atención al sector agro, porque si bien existen montones de políticas en papel, hace falta ponerlas en práctica”, asegura.
Buitrago identifica que las deficiencias en educación, salud y la oferta tecnológica entorpecen el desarrollo del país. “Nicaragua lamentablemente es un país mal educado, no hay una buena educación. Es un país con una salud endeble, sobre todo en la parte del campo. Si hablamos de comunicaciones, es peor”, lamenta.
Buitrago ve difícil que se alcancen los niveles de desarrollo obtenidos por el resto de la región en el área cafetalera. Y es que apenas se dan los primeros pasos para introducir la tecnología en las fincas, pues son pocas las que cuentan con acceso a internet, lo que les permite estar interconectadas con otras fincas locales y regionales.
Para darle más velocidad a la caficultura, Buitrago dice que se requieren estrategias de largo plazo. “Lo que hago hoy en el café me va a repercutir en 25 años cuando sea rentable. Pero en ese tiempo debo darle de comer adecuadamente a la plantita para que me produzca y me rinda. Y eso es inversión”, afirma.
Insiste que el problema es la falta de visión en el sector agropecuario de lo que se quiere alcanzar, en cuánto tiempo y cómo van a conseguirlo.
Ofrecer tecnología, asistencia técnica y resolver los problemas de la legalidad de la tierra son pasos urgentes.
“A mí me pasó. Compré una tierra y me la invadieron. Al final la tuve que vender. Es un problema latente y mientras no haya estabilidad social, económica y social en el campo nos seguiremos quedando estancados”, asegura el presidente de Excan.
INDUSTRIALES EN LA PELEA
Aunque desmejoraron, el sector industria y de manufactura nicaragüense se mantiene en niveles competitivos, especialmente frente a El Salvador, Guatemala y Honduras. Incluso en el área de manufactura superó levemente en el indicador de Costa Rica.
El no haber crecido más para Roberto Solórzano, director ejecutivo de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), lo explica que entre 1990 y el 2000 fue muy poca la inversión extranjera y nacional que se recibió.
“Se estaban ajustando las reglas internas y eso coincidió con que en el mundo entero no nos veíamos como punto de inversión. Cuando ese proceso de estabilización se consolida, es cuando viene más la inversión y eso ha pasado en un repunte en los últimos cinco años”, analiza.
En el área de zona franca, Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (Anitec), dice que la mayor afectación fue por la crisis económica y financiera de 2008 y 2009. “A pesar de ello, el sector de zona franca nicaragüense decreció cinco por ciento, mientras en Honduras fue de un 20 por ciento”, dijo.
García confía en el dinamismo pujante del sector, que al estar recibiendo más inversión, apuntan a dar el siguiente paso: complementar e integrar la industria, lo cual significa que localmente se produzca la materia prima que requieren las plantas, pero no solo de maquila.
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