Por José Adán Silva
Los auditores pensaron que era una broma e insistieron: “Señor, requerimos esos documentos”.
La respuesta del otro lado congeló las sonrisas de los auditores: “No tenemos la información que ustedes nos solicitan porque los documentos donde estaba reflejada toda esa información fueron donados como papel para reciclaje”.
“¡Esto es inaudito!”, dijo el contralor con período vencido y presidente de la Contraloría General de la República (CGR), Guillermo Argüello Poessy, cuando le informaron formalmente que una auditoría que se realiza en la Alcaldía de Tipitapa se encuentra atascada porque las autoridades de esa municipalidad no tenían la información.
[/doap_box][doap_box title=”Historia de rapiña” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
En los archivos de la CGR hay acusaciones comprobadas y hallazgos de tráfico de influencias, violaciones a la Ley de Contrataciones del Estado, derroche y malversación de fondos municipales en donaciones y pagos sin ningún soporte o justificación.
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Una queja de miembros de los Consejos del Poder Ciudadano de Tipitapa (CPC) ante la Oficina de Denuncias Ciudadanas de la CGR contra la Alcaldía de ese municipio por presuntos actos irregulares llevó al Consejo Superior de la Contraloría a designar a un equipo de la Dirección General de Auditorías para verificar o descartar la denuncia.
La misiva hablaba de 16 proyectos que se han reportado como “ejecutados” en papel desde el año 2004, los cuales en el terreno o no existían o no se correspondían con los montos asignados, que ascienden a casi 4.6 millones de córdobas.
La unidad especializada llegó a las oficinas municipales para realizar su trabajo con el rigor de la materia, pero tras más de un mes de no entregarles la información solicitada el director financiero de la comuna, Omar Berroterán, finalmente admitió que la documentación no estaba disponible.
Esta semana tanto el anterior alcalde, Norman Ulises Córdoba, como el actual, César Vásquez, comunicaron mediante sendas cartas enviadas al contralor Argüello Poessy que no existían los documentos porque el administrador, Carlos Ordóñez, había donado por error varias cajas de papelería de oficina para reciclaje a una ciudadana del municipio.
Según la información brindada por los auditores al contralor Argüello Poessy, tanto el anterior munícipe como el actual justificaron que en la decisión de “donar” la documentación solicitada privó el principio de “caducidad de los documentos”.
El contralor recordó que todas las alcaldías están notificadas de una circular administrativa de la CGR que establece que toda documentación posterior a julio del año 2004 debe guardarse durante diez años y que solo después de ese tiempo se puede considerar “caduca”.
Antes de este intento de auditoría, la CGR había concluido otra auditoría en 2009-2011, donde encontraron anomalías y sancionaron a varios funcionarios municipales a quienes mandan a pagar glosas por faltantes, préstamos u otras irregularidades.
Ante la ausencia de documentos para fiscalizar la ejecución del presupuesto municipal de la Alcaldía de Tipitapa, la Contraloría analiza con su equipo jurídico qué acciones tomar al respecto.
“Yo solo puedo decirle que nadie puede alegar una cosa así y nosotros quedarnos de brazos cruzados, así que tenga por seguro que esta Contraloría va a tomar decisiones”, aseguró Argüello Poessy.
LA PRENSA intentó obtener una versión ante la Alcaldía de Tipitapa, pero el 15 de abril pasado, cuando un equipo del Diario llegó a solicitar información al secretario del Concejo de Tipitapa, Leopoldo Bello, este agredió a los periodistas.
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