Acusaciones contra los servicios secretos en el caso de Dominique Strauss Kahn, sospechas de que el régimen de Muamar Gadafi financió la campaña de 2007; al presidente francés Nicolas Sarkozy le atacaron por todos los frentes ayer, a una semana de la segunda vuelta en la que sigue muy por detrás de su rival socialista François Hollande.
Ausente de la campaña electoral, el exjefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn (DSK como le conocen los franceses), irrumpió en la campaña ayer al acusar a sus adversarios de haber acabado con su candidatura. “No creí que irían tan lejos (…), no pensaba que podrían encontrar algo para detenerme”, dijo DSK refiriéndose a los hombres del presidente Nicolas Sarkozy, en una entrevista con el diario británico The Guardian.
Según el diario, el exministro socialista, cuya carrera política fue súbitamente hundida por el escándalo sexual del Sofitel de Nueva York, “acusa a enemigos relacionados con Nicolas Sarkozy de haber impedido su candidatura”.
Sarkozy rechazó estas acusaciones y exigió a DSK que se calle: “Le digo a Strauss-Kahn ‘explíquese con la justicia y ahorre a los franceses sus comentarios’”.
FINANCIADO POR GADAFI
El presidente también tuvo que hacer frente a las acusaciones de que llegó a un acuerdo con el régimen libio para financiar la campaña electoral de 2007 que le permitió llegar al poder.
El sitio francés de información Mediapart publicó el sábado un documento firmado por un exdignatario libio donde se afirma que el régimen de Muamar Gadafi había aceptado en 2006 financiar con “50 millones de euros” la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2007.
El 12 de marzo, Sarkozy calificó de “grotesco” un eventual financiamiento de su campaña presidencial de 2007 por parte de Gadafi.
Este sábado, su portavoz, Nathalie Kosciusko-Morizet calificó las informaciones de Mediapart de “ridículas”.
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