SAN JOSÉ/AFP
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, pidió hoy “una tregua” a diferentes actores sociales para que la dejen gobernar la segunda mitad de su mandato, dos años que se inician el 8 de mayo próximo, según una entrevista publicada este domingo por un medio local.
“Si hay un reto que tenemos en este año es llamar a una especie de tregua en Costa Rica” que involucre a los partidos políticos, los intereses gremiales y corporativos, e incluso al poder judicial, afirmó la mandataria en una entrevista que publica el diario La Nación.
Chinchilla cumple el 8 de mayo su segundo año de gobierno con una espectacular caída de popularidad y sin haber logrado el proyecto que se propuso desde el inicio de su administración, la aprobación de una reforma tributaria que permita cerrar el elevado déficit fiscal, cercano al 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Aunque logró superar la resistencia que enfrentaba en el Congreso, gracias a una alianza con el opositor Partido Acción Ciudadana (PAC), la iniciativa se estrelló en la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que hace un par de semanas la declaró inaplicable por errores de trámite legislativo.
La presidenta ha anunciado una serie de medidas de contención del gasto como salida alterna al plan tributario y espera, dentro de sus limitaciones, poder cumplir con sus principales promesas de campaña, centradas en la seguridad ciudadana, la creación de centros de atención de niños y ancianos y el desarrollo de infraestructura pública.
La tregua, explicó Chinchilla, “se trata de ver cómo somos capaces de generar un mejor clima de trabajo en el seno de la Asamblea Legislativa (Congreso)”, lo que implica “no anteponer los intereses político-electorales, las aspiraciones personales de cara a puestos que se puedan repartir, o bien los intereses gremialistas y corporativos, a los intereses del país”.
Costa Rica tendrá elecciones en febrero de 2014 y la campaña electoral arranca formalmente en julio de 2013, pero el país ya vive una intensa lucha de tendencias políticas. Sobre la fuerte caída de popularidad que sufrió, según una encuesta publicada la semana anterior, la presidente afirmó que la toma “como una oportunidad para tomar más fuerzas y poder seguir caminando”.
El sondeo de la empresa Unimer, que publicó La Nación, señala que el 44% de los costarricenses califican como “mala” o “muy mala” la gestión de Chinchilla, frente a sólo un 17% que la considera “buena” o “muy buena”.