En verano nadie está a salvo de un resfriado. Los cambios de temperatura al pasar del aire acondicionado al calor son muy traicioneros, pero aquí te damos algunos consejos para que mantengas tu estado saludable.
Estornudos, tos, lagrimeo ocular, picor de ojos y nariz, dolor de cabeza… Si llevas unos días con el cuerpo adolorido y empiezas a tener estos síntomas, es que has alcanzado un buen resfriado veraniego. Hay que tener especial cuidado con niños y ancianos, en los que los síntomas se pueden manifestar de forma más grave.
El principal causante de los resfriados en verano es el aire acondicionado. Para evitar males mayores lo mejor es mantener la temperatura entre 22º y 24º C. Evita los cambios bruscos de temperatura y lleva una chaqueta o jersey fino para los lugares donde haga más frío (oficinas y tiendas).
Lo mejor que puedes hacer es lavarte las manos constantemente, estas son el punto clave del contagio.
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