¡Bingo! El señor Daniel Ortega dio muestras de tener vergüenza, al expresar que “no puedo sentirme cómodo en esta cumbre, siento vergüenza de estar participando en esta cumbre con la ausencia de Cuba”, “¿con qué cara iba asistir a la cumbre de Cartagena?”
Esto me recordó una anécdota del presidente Abraham Lincoln quien tenía fama por su fealdad y su adversario Stephen Douglas en un debate en el senado expresó que “Lincoln era un hombre con dos caras”, a lo que el presidente respondió “¿quién podría dar oídos a una acusación tan burda? ¿Quién podría creer que si yo tuviera dos caras, andaría con esta?”
¿Con qué cara señor Ortega?, pues como dijo Lincoln, con la misma cara con que usted ha venido violando sistemáticamente la Constitución Política de Nicaragua, la misma que usó para postularse como candidato ilegal, teniendo una doble prohibición constitucional del artículo 147, con la misma que usó para mantener de facto a los magistrados y jueces en sus cargos, quienes por orden constitucional tenían sus plazos vencidos, con la misma que usó para secuestrar todas las instituciones públicas y corromper todos los organismos del Estado, con la misma que usó para montar el fraude más descarado de la historia y con la misma cara que ha usado para enriquecerse de una manera obscena.
Los que deberíamos sentir y expresar nuestra vergüenza de tener un presidente inconstitucional somos los nicaragüenses, quienes debemos de enfrentar al mundo y a la opinión pública y:
¿Con qué cara? podemos explicar, que un país que tuvo que ofrendar la sangre de miles de héroes y mártires para sacudirnos la oprobiosa dictadura somocista, sangre que fue derramada para que nunca más un aprendiz de dictador tuviese la osadía de querer perpetuarse en el poder, hoy tenemos un presidente inconstitucional que se quiere reelegir hasta lo cien años.
¿Con qué cara? podemos explicar al mundo, que una corte integrada por seis magistrados orteguistas, cometieron el delito de reformar el artículo 147 de la Constitución Política para permitirle su candidatura ilegal, cuando la potestad de reformar parcial o totalmente la Constitución Política, le compete a la Asamblea Nacional o a través de una Asamblea Constituyente según lo preceptuado en los artículos: 138, 182, 191 y 192.
¿Con qué cara? podemos explicar que el magistrado presidente de facto del Consejo Supremo Electoral señor Roberto Rivas Reyes esté ejerciendo su cargo cuando tiene vencido su plazo para el cual fue electo, según lo preceptuado en la Constitución Política de la República en su artículo 138 inciso (8) y el artículo 170 y 172
¿Con qué cara iba asistir a la Cumbre de Cartagena? Tiene razón Ortega de expresar su vergüenza, pues al igual que la Cuba de los hermanos Castro, representa la “tiranía democrática” al haber alterado y ocasionado una ruptura inconstitucional del orden democrático nicaragüense, como se afirma en el cuarto párrafo de la declaración de Quebec:
“Reconocemos que los valores y prácticas de la democracia son fundamentales para avanzar en el logro de todos nuestros objetivos.
El mantenimiento y fortalecimiento del Estado de Derecho y el respeto estricto al sistema democrático son, al mismo tiempo, un propósito y un compromiso compartido, así como una condición esencial de nuestra presencia en esta y en futuras cumbres.
En consecuencia, cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático en un Estado del hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del gobierno de dicho estado en el proceso de cumbres de las Américas”
Gracias señor Ortega por evitarnos pasar esa vergüenza al pueblo de Nicaragua. El autor es comentarista político
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