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Cartas al Director

Reclamo del obispo Silvio Báez

Les escribo para protestar enérgicamente por la forma en que fue manipulada mi homilía dominical del domingo 29 de abril, pronunciada en la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, y la entrevista concedida a periodistas de LA PRENSA después de la misa.

1. En primer lugar quiero dejar constancia de mi indignación por la publicación de un vídeo que hizo LA PRENSA TV, en su página web el mismo domingo 29, en donde fue recortada mi homilía a gusto y antojo del editor, presentando solamente partes de mi predicación en que denunciaba abusos del gobierno y omitiendo otras en donde se expresaba la motivación religiosa y bíblica de mi discurso y en donde hacía críticas a otros sectores de la sociedad, incluida la clase rica del país y también a los medios de comunicación con sus intereses económicos. Agradezco a Eduardo Enríquez, a quien llamé por teléfono el mismo domingo por la noche y este lunes por la mañana retiró de la página web dicho vídeo. Me parece inaceptable para un Diario tan serio como LA PRENSA lo ocurrido, pues una predicación dominical dirigida a una comunidad parroquial, con claro y rico fundamento bíblico, quedó convertida en un discurso de confrontación política con el Gobierno. Y no es que le tenga miedo al Gobierno, pero creo que una homilía, como discurso pastoral dirigida a una comunidad cristiana, debe ser respetada en su intención y en su contenido.

2. En segundo lugar quiero referirme al reportaje aparecido en LA PRENSA escrita de ayer lunes 30 de abril con el título: “Iglesia no instará a votar”, en la que supuestamente se recoge lo que yo dije en la homilía dominical del domingo 29 de abril y lo que expresé a los periodistas de LA PRENSA en una entrevista después de la misa. Quiero dejar constancia de algunos aspectos de este escrito que no reflejan lo que yo expresé ayer al pueblo de Dios y a dichos periodistas:

a) El titular del reportaje, “Iglesia no instará a votar”, no corresponde a lo que yo dije sobre la posición de la Conferencia Episcopal sobre las próximas elecciones municipales. Yo lo que dije fue que “en mi opinión los obispos dudaríamos de invitar al pueblo a votar como lo hicimos en las elecciones anteriores”. Lo que dije fue mi opinión, no una decisión de la Iglesia y, en segundo lugar, hablé de una posible duda que se podría dar en la Conferencia Episcopal en cuanto a invitar a votar en noviembre próximo. No es lo mismo “Iglesia no instará a votar” (decisión tomada) que “en mi opinión los obispos dudaríamos de invitar al pueblo a votar” (opinión personal mía sobre una posible duda en los obispos).

b) En el reportaje se omite el fundamento bíblico de mi discurso, lo cual para mí desfigura gravemente la intención de mis palabras. En la última reunión del Consejo Editorial de LA PRENSA con la Conferencia Episcopal les expresé cuál sería el mejor servicio que ustedes podrían prestar a la Iglesia: mostrar la raíz de fe, la base bíblica y el talante pastoral de nuestras palabras, para no tergiversar el carácter de educación de la conciencia y servicio a la Palabra de Dios de nuestro discurso como pastores. Ustedes deben convencerse que la fuerza de nuestra palabra como obispos está en ser reflejo y actualización de la Palabra de Dios y no en ser un discurso más de política como tantos otros en esta sociedad.

c) Hay errores serios que crean confusión en el reportaje, como el llamarme “arzobispo auxiliar”, figura eclesial inexistente o, peor aún, llamarme “arzobispo” en uno de los párrafos, creando confusión entre mi persona y la del señor arzobispo monseñor Leopoldo Brenes. En Managua hay un arzobispo, monseñor Brenes, y este servidor, como obispo auxiliar.

d) En el reportaje hay una clara voluntad de sesgar mi homilía haciéndola aparecer como confrontación abierta con el Gobierno y como deseo de “fustigar” (cf. subtítulo del reportaje) a la clase política. Ciertamente que en la homilía hice referencia al modo autoritario y conspirador de ejercer el poder en el país y a la falta de conciencia existente en nuestra sociedad de lo que significa un servidor público, pero esto no era lo principal de mi discurso. No se ve en el reportaje por ningún lado el objetivo principal de mis palabras, que fue hacer tomar conciencia al pueblo de Dios reunido en asamblea eucarística de su responsabilidad como ciudadanos para colaborar en el mejoramiento de la sociedad. Mi intención principal, la cual fue omitida o no captada por los periodistas de LA PRENSA, era motivar al pueblo de Dios que me escuchaba como pastor para que no dejaran la solución de los problemas del país a la clase política, a los ricos y a los medios de comunicación. Todo esto fue omitido incomprensiblemente para mí, con lo que mi discurso resultaba desfigurado y manipulado. Lo más importante de mi homilía fue el llamado que hice a los laicos allí presentes para que no fueran cómplices de la desastrosa situación del país, a causa de su silencio temeroso, su indiferencia, su incapacidad de educar en la familia a las nuevas generaciones, su falta de compromiso por vivir el Evangelio y su pobre relación de fe con Jesús Buen Pastor.

e) Tampoco se dice en el reportaje una confesión personal de pastor y de creyente, que hice al final de la homilía, cuando dije al pueblo de Dios: “No esperen que los obispos resolvamos los problemas, pues no somos líderes políticos de oposición. Si hablamos de estas cosas y exponemos la vida, es porque hemos aprendido de Jesús, el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas y las conoce”. Y añadí que justamente por esto somos víctimas de calumnias, ofensas y persecuciones. Lamentablemente los periodistas de LA PRENSA parece que todo esto no lo oyeron, no les gustó o no les pareció importante.

Al presentarles mi protesta por la forma en que el Diario LA PRENSA ha presentado mis palabras, no solo les solicito de alguna manera la rectificación de mi discurso y de mi entrevista, sino que les reitero también el llamado a que todo discurso de los obispos de la Conferencia Episcopal sea debidamente presentado como palabra pastoral y religiosa. No omito manifestarles en nombre de la Conferencia Episcopal y en el mío propio nuestro agradecimiento por conceder en su medio de comunicación espacio a la Iglesia, a nuestro quehacer y a nuestras orientaciones pastorales. Les reitero además la propuesta sobre la que dialogamos cuando ustedes visitaron la Conferencia Episcopal en cuanto a organizar algún seminario para mejorar la formación de sus reporteros en cuanto al ser, la organización y la misión de la Iglesia.

Les saludo cordialmente en el Señor Jesucristo, exhortándoles a que por el bien de Nicaragua el Diario LA PRENSA se esfuerce cada día por seguir siendo un medio de comunicación “al servicio de la verdad y la justicia”.

 Silvio José Báez, o.c.d. Obispo auxiliar de Managua. Secretario general de la Conferencia Episcopal de Nicaragua    

Día de los Trabajadores

Hoy 01 de mayo se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores. En Nicaragua no tenemos que celebrar con un desempleo del 70 por ciento y una corrupción más representativa en América, que ya forman parte de nuestra cultura como una sólida institución que nadie quiere frenar ni combatir.

En nuestro país a los trabajadores del Estado los quieren tener como borregos, con ciega obediencia al partido propiedad del binomio Ortega-Murillo, los grandes empresarios que bajo el alero del Estado prosperan de forma vertiginosa son los que sostienen el gran éxito de la macroeconomía que los medios de comunicación al servicio de la dictadura presentan como su constante buena noticia.

Gracias a la proliferación de ventas de zapatos y ropa usada es que todavía no andamos descalzos y desnudos. Los contratistas y obreros de la construcción antes buscaban la vida en los proyectos de las instituciones del Estado y las alcaldías, pero ahora ya no licitan, entregan el proyecto al que ofrezca la mejor coima.

Dios debe acordarse de los trabajadores y desempleados de nuestra patria y por su inmensa misericordia debería levantarnos este castigo para celebrar nuestro día.

Leopoldo Villalta López, Matagalpa

Opinión

COMENTARIOS

  1. Benjamin
    Hace 12 años

    El señor Obispo tiene todo el derecho de pedir la aclaracion debida a cualquier tergiversacion que se le pueda hacer a lo dicho por el por parte de este diario, que deberia llamar la atencion a quienes cometieron el error. Si bien admiro al Obispo, me parece que tambien como pastor de Jesus deberia ser mas humilde en la forma de pedirle a La Prensa la rectificacion de sus palabras. La soberbia dificulta los mensajes que uno pueda emitir en nombre de la Iglesia Catolica o a titulo personal.

  2. roberto
    Hace 12 años

    resultados de ese estado socio politico poco normales en que todos nosotros los nicaraguense estamos viviendo en estos momentos. Y el Sr. Obispo, debe de recordar de que el mismo Jesus durante sus estadia sobre la tierr y durante su difusion del evangelio y reino de su padre, sus palabras fueron muchas veces mal interpretadas, hasta el final de su mision sobre la tierra.

  3. roberto
    Hace 12 años

    El Obispo Baez, realmente estaba muy ofuscado en el momento que el escribio esta carta, pidiendo la necesaria rectificacion a los ecritos y reportajes aparecidos en esta misma en referencia a su pasad homilia dominical. No, le voy a quitarle razon al Obispo por su contrariedad producto del desliz periodistico, pero tambien hay que considerar el hecho de que Nicaragua es un pais altamente polarizado politicamente, y que cosas como la que sucedieron, con su homilia, aunque condenables son tan solo

  4. Anonimus
    Hace 12 años

    El Obispo “quiere tapar el sol con un dedo”, diciendo indirectas si bien es cierto que su homilía fue manipulada, de alguna manera su mensaje es de controversia con el Gobierno.

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