Washington/EFE
El presidente Barack Obama llegó ayer por sorpresa a Kabul (capital de Afganistán) y afirmó, en un discurso a los estadounidenses, que la meta que se fijó para la guerra en ese país, derrotar a la red terrorista Al Qaeda, “está al alcance” de la mano.
Obama afirmó que aunque una vez que se complete la retirada en 2014, EE. UU. mantendrá las misiones de adiestramiento y lucha contra el terrorismo en Afganistán, “ni construiremos bases permanentes ni patrullaremos sus ciudades y montañas”.
Además, defendió el calendario para la retirada de las tropas de Afganistán, al argumentar que “nuestra meta no es construir un país a imagen y semejanza de EE. UU., o erradicar hasta el último vestigio de los talibán”. Explicó que se debe dejar un periodo para una salida ordenada para que Afganistán tenga tiempo de estabilizarse y no se pierda lo ganado.
Aseguró, tras una década bajo “la oscura nube de la guerra”, “podemos ver la luz de un nuevo día en el horizonte”, cuando ha terminado la guerra en Irak y la de Afganistán está a punto de acabar. A su juicio, ha llegado “el momento de renovar Estados Unidos”.
Obama y el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, firmaron un acuerdo de alianza estratégica que establece el nuevo marco de cooperación en comercio, economía, seguridad y gobierno, entre los dos países cuando se complete la retirada de las tropas de la OTAN en 2014, y tendrá una vigencia de diez años, hasta 2024.
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