Alina Lorío
La juventud diezmada por las drogas y el alcohol y policías cómplices con los expendedores, además de deficiencias en las relaciones policía-comunidad, fueron temas en la asamblea que en Ocotal, Nueva Segovia, se realizó en el marco de la Jornada de Reflexión Nacional sobre Seguridad Ciudadana impulsada por la Policía.
“Por más que les caen, nunca la Policía encuentra nada, a los jefes de sector no los vemos en las reuniones y actividades del barrio, pero los vemos ir y venir del expendio”, dijo una dirigente del barrio 26 de Septiembre.
Para los asistentes el trabajo policial de prevención del delito de robo en cualquiera de sus modalidades ha sido excelente, pero la lucha contra los expendios de droga no ha sido el deseado.
En la asamblea se pidió la creación —de manera conjunta— de un centro de rehabilitación para los jóvenes adictos a las drogas y al alcohol; la creación de fuentes de empleo permanente, el patrullaje constante por los barrios sin alumbrado público, el control de los expendios de licor y la instalación de un puesto policial en el barrio José Santos Rodríguez.
El comisionado general Adolfo Marenco, jefe de Inteligencia nacional, señaló que todas las intervenciones relacionadas a la confianza en la institución y sus agentes “serán muy tomadas en cuenta, y si algún oficial ha cometido un error y a infringir la ley estamos en la obligación de corregirlo, nuestros principios éticos es lo más preciado y es lo que tenemos que cuidar”.
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