México/EFE/AFP
Langlois, corresponsal del canal de televisión France 24 y del diario Le Figaro, estaría en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), después de que una mujer que dijo ser guerrillera anunciara el martes que lo tienen “como prisionero de guerra”.
En Francia, el caso Langlois es un tema de debate electoral y el candidato presidencial socialista, Franois Hollande, se comprometió a hacer “todo lo posible” para lograr la liberación del periodista si gana en las urnas el domingo.
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La ONG manifestó que entre los “depredadores de la prensa” están los cárteles de México, los paramilitares de Colombia, el presidente de Cuba, Raúl Castro; el de Siria, Bachar al Asad y las milicias somalíes. Asimismo, señaló que el empresario hondureño Miguel Facussé Barjum “y su milicia privada cuentan con el apoyo de la Policía y del Ejército para ejercer su represión” contra los medios.
La organización por la libertad de prensa subrayó que desde el golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya, la “severa represión” se ha centrado en “los medios de comunicación de oposición y en concreto en los medios comunitarios”.
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Los cadáveres de los fotoperiodistas activos Gabriel Huge y Guillermo Luna, el de Irasema Becerra, novia de Luna, y exempleada del área de publicidad del diario local El Dictamen, y el de Esteban Rodríguez que hasta el año pasado trabajó como fotógrafo de prensa, fueron hallados desmembrados en Veracruz ayer, cuando se celebró el Día Internacional de la Libertad de Prensa.
Los cuatro cadáveres, que fueron encontrados en cuatro bolsas, por miembros de la Policía Naval hacia las 10:00 (hora local), presentaban señales de tortura, según las autoridades.
“Por las características del crimen se presume la participación de la delincuencia organizada en la comisión de estos homicidios”, afirmó en un comunicado la Fiscalía de Veracruz.
Luna, quien trabajaba como reportero gráfico para Veracruznews, y Huge estaban desaparecidos desde el miércoles, cuando se dirigían a cubrir un accidente de tráfico. Sus parientes habían presentado la correspondiente denuncia y hasta ayer se conoció su suerte, cuando fueron hallados muertos.
Huge era fotógrafo del diario Notiver hasta que abandonó Veracruz por un tiempo, luego del asesinato a mediados de 2011 de Miguel Ángel López y Yolanda Ordaz, ambos de ese periódico.
Sobre Rodríguez, aunque la Fiscalía dijo que trabajaba en un taller, era conocido como reportero gráfico en Veracruz y había colaborado con la revista AZ. Según sus compañeros, Rodríguez también salió del estado por algún tiempo tras los asesinatos de López y Ordaz, y cuando regresó decidió alejarse de los medios.
PERIODISTAS EN LA MIRA
Veracruz “se ha convertido en un estado letal para los periodistas”, señaló ayer Balbina Flores, representante en México de Reporteros Sin Fronteras, y quien ha colocado al estado mexicano como uno de los diez lugares más peligrosos del mundo para el trabajo periodístico.
Mientras las autoridades revisaban los cuerpos hallados en Veracruz, en la capital mexicana se celebraba una rueda de prensa para analizar el estado de la libertad de expresión en este país. “Parece que han matado a dos periodistas más”, informó en un acto convocado por Freedom House la directora en México de esa organización, Mariclaire Acosta.
En el mismo acto, el representante en México del Comité para la Protección a Periodistas (CPJ), Mike O’Connor, deploró los hechos y pidió que el Gobierno tome el caso.
El director del portal Veracruznews, Martín Lara Reyna, expresó que Luna, de alrededor de 24 años, no había recibido amenazas directas, pero sí en ocasiones pidió que no se publicaran algunas fotografías porque la situación estaba “dura” y había recibido “advertencias”.
Admitió que en varias ocasiones su medio había recibido llamadas anónimas en las que se les advirtió de que ciertas imágenes no las podían publicar. Consultado sobre las condiciones en las que trabajan los periodistas en Veracruz, Lara dijo: “Tenemos libertad, nada más que tiene riesgos y los pagamos”.
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