Elízabeth Romero
En menos de dos meses los 170 presos de las celdas preventivas de Juigalpa, en Chontales, volvieron a amotinarse para pedir mejores condiciones.
El representante de la filial del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Denis Báez, confirmó que los detenidos rompieron los candados de las celdas con un adoquín y alcanzaron el patio de sol, pero no escaparon.
Esto indica que el plan no era de fuga, dijo Báez, sino que quieren presionar para que se les revise la situación de hacinamiento en que permanecen.
Báez consideró que las condiciones en que permanecen los presos son “infrahumanas”, pues en las celdas acondicionadas para albergar a cinco detenidos permanecen 20 reos, entre ellos hasta sentenciados.
El defensor de derechos humanos llamó al Gobierno a mejorar las condiciones de los presos, tanto de las celdas de la Policía como las del Sistema Penitenciario Nacional.
Si bien es cierto, después de la protesta, en marzo pasado, los presos lograron atención médica, esto no basta, indicó Báez, porque solo les entregan las recetas.
Y en otro de los casos, los detenidos pretenden que les dejen administrar el medicamento, lo que no es posible, pues con esto pueden atentar con sus vidas.
A criterio de Báez, esta situación ha desbordado la capacidad de la Policía, y la distrae en su labor de prevención del delito. A diario la Policía debe trasladar unos 25 presos a los centros de salud por problemas de salud.
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