Nuestro presidente dice que debemos ser el país más antiyanqui del mundo, junto a España, Francia y Argentina. Por lo tanto, debe haber muchos lectores de estas líneas, que ni siquiera saben porque odian al imperio. A todos ellos hago llegar (con todo respeto) pensamientos que considero atendibles.
El presidente y partidarios leen este escrito a la luz de una lamparita, creada por Thomas Alva Edison, visten un jean patentado por Levi Strauss. No escribo en legendarias Underwood, uso una computadora diseñada por Bill Gates.
El domingo no sonó el despertador creado por Mr. Levi Hutchins. Pero sí funciona el láser inventado por Charles Townes y Arthur Schawlow, tan útil en la cirugía, la odontología, la música, el cine, la guerra, etc. escribo mientras no interrumpa el teléfono, Mr. Graham Bell, y no me llamen de la radio, creada por Mr. Lee de Forest.
Más tarde, inflaremos las llantas, Mr. Dunlop, aunque los neumáticos, Mr. Thompson, están hechos de caucho vulcanizado, Mr. Goodyear, pero no sin antes chequear los mensajes del celular, funcionando gracias a los transistores creados por Mr. Bardeen, Mr. Brattain y Mr. Shockley. No hay apuro, de modo que podemos tomarnos un vino blanco frío, que sacaremos del refrigerador, Mr. Jacob Perkins.
Más tarde bajamos a la calle por el ascensor que creó Mr. Otis. ¡Si va a salir, no olvide afeitarse con el artilugio diseñado por Mr. Gillette! Hasta el izquierdismo moderno fue creado por los americanos, a partir de C. Wright Mills y su concepto The New Left.
Cuando nuestros hijos salen a buscar un futuro mejor, los impulsamos hacia Nueva York, Chicago, Los Ángeles. ¿Para qué fingir que nos gusta Castro cuando no depositaríamos un centavo en el Banco de Cuba?
Como nota adicional: Los odiados gringos están a la delantera en todos los avances y modernizaciones. La gran mayoría de los premio Nobel, en ciencias, inventos e innovaciones que se realizan salen de cerebros e instituciones yanquis. Han inventado el Iphone, el Ipod, y comercializado en grande el Internet. Ahí tienen Google y Facebook.
Descubren medicamentos y tecnologías médicas avanzadas. Llegaron primeros a la luna, y llevan la delantera en estudios espaciales. Su TV, CNN, es la más vista en el planeta. Las mejores armas las fabrican ellos, pero estos inventos son deplorables. Al comunismo lo vencieron sin disparar un tiro y al nazismo a puro cañón.
Tampoco se les gana en asuntos de derechos humanos, libertad y justicia penal, pero nadie los copia. Ah, nadie emigra a Argentina, y comparativamente, pocos a España y Francia en comparación con los millones que se van a vivir ilegales a yanquilandia. No son tan racistas como decían, pues a pesar de que la raza negra es minoritaria, tienen un presidente negro.
Casi todo lo que usted usa, come o viste tiene algo que proviene de una inventiva yanqui, aunque ahora lo fabriquen en China o India. Y para rabia y sicosis de los antiyanquis, y a pesar de que padecen una crisis, las estadísticas muestran que gringolandia sigue siendo el país más poderoso del mundo.
Está claro, mientras hay gente por ahí que los odia y envidia, en casos de emergencias, huracanes, terremotos, y cualquier eventualidad que se dé en cualquier rincón del mundo, los yanquis estarán ahí y te darán la mano, así son ellos.
El autor fue auditor general del Banco Central de Nicaragua. Consultor de la Superintendencia de Pensiones
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