Lucía Navas y Wilder Pérez R.
Evidencia de lo mal que está el sistema educativo en general en el país, pero particularmente en las universidades, es el hecho que de cada 100 estudiantes que ingresan por año a una carrera superior, al final solo 10 terminan sus estudios.
Esto prueba que no está rindiendo la inversión que hace el Estado de Nicaragua en las universidades al entregarles el seis por ciento del Presupuesto General de la República.
“Ahí hay un gran desperdicio de recursos (porque) de esos 10 (estudiantes) que terminan, siete consiguen empleos y con salarios bien bajos”, apunta Humberto Belli, exministro de Educación y miembro directivo de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Ve conveniente se les deje de pagar los servicios básicos y que esos fondos se transfieran al sistema de primaria y secundaria.
Recomienda también que al no poder reducir el seis por ciento, por ser un derecho constitucional, las universidades asuman responsabilidades para preparar mejor a los maestros y a los técnicos.
“Es decir que gran parte del déficit que existe en la preparación de técnicos lo asuman las universidades con su seis por ciento, de esa forma no se le está tocando su presupuesto y se están redirigiendo mejor los recursos a favor del crecimiento del país”, afirma Belli.
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Para Belli, la recomendación de los personeros del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la necesidad de revisar las asignaciones al Sistema de Educación en general, debe aprovecharse para que exista un diálogo nacional sobre el tema, incluida la conveniencia de reorientar el seis por ciento de las universidades.
GASTAN MUCHOY POCO APORTAN
Belli señala que debe corregirse el “gran desequilibro” de la inversión. “Lo normal en América Latina es que el 18 por ciento del presupuesto vaya al sector educativo superior, de todo gasto educativo. En Nicaragua es del 30 por ciento. Es uno de los países que más gasta en educación superior en proporción a lo que gasta en primaria y secundaria”.
El segundo Informe de Coyuntura Económica de Funides refleja que las transferencias a las universidades poco impactan en reducir los niveles de pobreza y la desigualdad en el país. Sin embargo, la carga se vuelve más pesada cada año, pues además del seis por ciento, se les paga lo que gastan en energía eléctrica, agua potable y telefonía. Este año ese gasto significa 275.3 millones de córdobas.
UNIVERSIDADES RECIBENENTRE 7 Y 8 POR CIENTO
De acuerdo con Belli, las universidades en la práctica reciben entre siete y ocho por ciento del presupuesto con ese dinero adicional. “Eso crea una ausencia de incentivos a ahorrar (…) porque gastés lo que gastés te lo van a pagar”, dice recordando que ese privilegio no lo tienen los colegios públicos, que sí ahorran porque esos servicios los pagan del presupuesto que les entregan.
Belli cuestiona además que “tenemos la tasa más alta de desempleo en Nicaragua en los egresados universitarios”, pues es del 30 por ciento, mientras “en el resto de la población es alrededor del 10 por ciento”.
UNEN NI SE MOSQUEA
Hace menos de diez años Managua estaría ardiendo y las portadas de los periódicos serían dominadas por universitarios aglutinados en la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), brazo estudiantil del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), indignados tras escuchar que se toque el seis por ciento. Pero los tiempos cambian, y las convicciones también. Hoy los estudiantes no están por la labor de molestarse con los representantes del FMI ni contra sectores nacionales que respaldan el planteamiento.
LA PRENSA consultó a varios de ellos y la mayoría se negó a responder con distintas excusas. Una fiesta, apagar el teléfono y el clásico “me manipulan”, fueron las respuestas de algunos dirigentes estudiantiles.
“No entiendo qué pasa con los universitarios ahora, como que no entienden la noticia o no les importa”, comentó Mariela Cruz Martínez, exdirigente estudiantil de la Universidad Politécnica (Upoli).
En diciembre de 1995 dos universitarios perdieron la vida y más tarde, en 1999, uno más murió, todos defendiendo el ya famoso seis por ciento. Pero todo cambia.
Isaac Bravo, el único líder universitario que estuvo dispuesto a hablar con LA PRENSA, confirmó que nadie protestará contra la posición del FMI, ya que “confiamos en la gestión que el Gobierno va a hacer en favor del seis por ciento”.
Bravo calificó de “recomendación macabra” la propuesta basada en que este organismo financiero “está en contra de la educación gratuita”.
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