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Ayer, hoy

Si ayer sentí frío no fue a causa del sol turbio,ni por el viento costanero, descarnado e ignorante como una hoja de periódico,ni por las nubes de enaguas oscurecidasque alguien mezcló con la colada de color.Ayer sentí frío en los ojosy no era responsable la callejuela de esquinas suciasni los tejadillos avergonzados, que con gargoladas turbiasreplicaban la historia y todos los festines mundanos.El frío que tenía ayer no fue por haber perdidolas manos que me cepillaban el alma llena de migasno era la leña húmeda,ni era la puerta abierta,ni era la luna oscura.Y, sin embargo, este calor que hoy, como un perro que regresame calienta el corazón,es debido al delgado rayo que engulle la ventanaal vals violento del Garbí con las ramas del roblea la crin de un caballo que cruza el cielo.Hoy camino por la acera con voces del trópicocomo si diese pasos sobre un piano de ladrillos grisesy es porque los sonidos se elevan por la chimeneay se traducen al náhuatl y al wolof y a las lenguasque mueren.Y porque tú estás aquí todavía,como ayer.

Anna Aguilar-Amat

Si ayer sentí frío no fue a causa del sol turbio,ni por el viento costanero, descarnado e ignorante como una hoja de periódico,ni por las nubes de enaguas oscurecidasque alguien mezcló con la colada de color.Ayer sentí frío en los ojosy no era responsable la callejuela de esquinas suciasni los tejadillos avergonzados, que con gargoladas turbiasreplicaban la historia y todos los festines mundanos.El frío que tenía ayer no fue por haber perdidolas manos que me cepillaban el alma llena de migasno era la leña húmeda,ni era la puerta abierta,ni era la luna oscura.Y, sin embargo, este calor que hoy, como un perro que regresame calienta el corazón,es debido al delgado rayo que engulle la ventanaal vals violento del Garbí con las ramas del roblea la crin de un caballo que cruza el cielo.Hoy camino por la acera con voces del trópicocomo si diese pasos sobre un piano de ladrillos grisesy es porque los sonidos se elevan por la chimeneay se traducen al náhuatl y al wolof y a las lenguasque mueren.Y porque tú estás aquí todavía,como ayer.

Cultura Anna Aguilar-Amat Poesía archivo

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