César Ubeda Bravo
El excanciller de la República, Francisco Xavier Aguirre Sacasa, calificó a la embajadora de Estados Unidos, Phyllis Powers, como una diplomática profesional que en su primera intervención pública en el almuerzo trabajo de Amcham “brindó una dosis de realidad” a los nicaragüenses.
“Recuerdo haber reflexionado que esta embajadora venía con un mandato que reflejaba un consenso en Washington tanto entre demócratas como republicanos y que incluía apoyar la democracia que tanto nos había costado conquistar en Nicaragua. Phyllis Powers, pensé, no sería una diplomática solo dada a decir cosas bonitas y a asistir a actos protocolarios. No practicaría una diplomacia decorativa. Sería moderna, respetuosa pero substantiva. Su estilo sería similar al de dos otras embajadoras extraordinarias: Eva Zetterberg, de Suecia, quien abandonó el país hace algunos años, y a Betina Kerns, de Alemania, que retornará a su país en junio.
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En declaraciones a LA PRENSA el también exembajador de Nicaragua en Washington, quien estuvo en dicha actividad, describe lo que sucedió el pasado viernes en el Hotel Intercontinental de Metrocentro, particularmente cuando la diplomática estadounidense se refirió a las dispensas de transparencia y de propiedad.
Para Aguirre Sacasa, el estilo de Powers será como el de las embajadoras Eva Zetterberg, de Suecia, quien abandonó el país hace algunos años, y de Betina Kerns, de Alemania, quien retornará a su país en junio.
“Sin elevar su voz, sin perder su compostura, y de una manera tranquila y valiente, diría yo, entró en materia y nos dio una fuerte dosis de realidad. La embajadora con más de treinta años de experiencia, demostró su capacidad de diplomática profesional. Se refirió a las elecciones fraudulentas del pasado y de lo poco que el gobierno había hecho para brindarnos la esperanza que las municipales serían diferentes”, expresó Aguirre Sacasa.
De acuerdo con Aguirre Sacasa la embajadora estadounidense habló de las dispensas o waivers de la transparencia y de la propiedad, y vinculó su aprobación con los intereses de su país. Incluyó entre estos intereses el respeto por la democracia en Nicaragua.
En su declaración más contundente, Powers afirmó que veía difícil la aprobación de estos waivers en el ambiente actual.
SORPRENDIÓ A LOS “ACOMODADOS” AL RÉGIMEN
“En la medida que la embajadora entraba en materia, se dio un cambio enorme en el gran salón. Los presentes no siguieron escribiendo preguntas y dejaron de un lado sus blackberris y sus celulares. Reinaba el silencio y la sorpresa, sobre todo entre el grupo de “acomodados” al régimen que estaban seguros que esta dama no tocaría realidades espinosas”, dijo el excanciller describiendo el momento en que Powers abordó el tema de los waivers.
“Recuerdo que un amigo sandinista me comentó que el comandante (Daniel) Ortega podría incomodarse por lo que la embajadora había dicho. Estas cosas, me afirmó, se las hubiera dicho la embajadora en privado a él la tarde en que presentó sus credenciales y no en un foro público”, rememoró Sacasa.
“Mi amigo sandinista continuó diciendo que lo que había pasado no se estilaba. Recordé haber pensado que tampoco se estilaba recibir a embajadores nuevos en grupos de tres o cuatro frente a grandes grupos con medios presentes. Por eso estas ceremonias solían ser privadas, a como ocurría hasta finales de 2006, ceremonias que se prestaban para un intercambio franco entre el mandatario y el embajador”, concluyó.
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