Lucía Vargas
En Granada, la devoción a María Auxiliadora es muy arraigada, y este año las manifestaciones de fervor fueron parte de la celebración que inició el 15 de mayo, con el novenario, y culminó el 24 con la misa solemne en la mañana y por la tarde con la procesión de ofrendas.
Los sacerdotes de la zona acompañaron la Eucaristía que ofició el padre Marcelino Arce, ante la ausencia del obispo Jorge Solórzano, quien estaba en Estelí reunido con la Conferencia Episcopal.
Obando citó que en Granada la devoción nace en 1888, gracias a la recordada Elena Arellano, quien instauró ese amor a la Auxiliadora, antes que la congregación salesiana llegara a Nicaragua.
El sacerdote recordó que la devoción a María Auxiliadora nace al finalizar la guerra de Lepanto en 1814. “Cuando Napoleón Bonaparte mantuvo cautivo al papa, porque pretendía declararse emperador de Europa, la Virgen fue colocada frente al ejército en batalla y ella protegió a la Iglesia en esos momentos difíciles de persecución”, citó Obando.
Destacó que el papa vivió cautivo cinco años, y diario oraba a María para ser liberado. “Como todo dictador, Bonaparte cayó y el papa, como lo había prometido a la Virgen, al llegar al Vaticano un 24 de mayo, ese día instauró la fiesta a la Auxiliadora de los cristianos”, dijo.
Los festejos de la Virgen este año estuvieron a cargo de María Dolores de Sandino, mientras que para el año que viene tomó el cargo Lucía Cuadra. El sacerdote agradeció el apoyo del pueblo para que la fiesta fuera celebrada con mucha alegría.
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