SAN JOSÉ / (AFP/
Costa Rica insistió hoy que no causó daños ambientales en el río San Juan con la construcción de un camino paralelo, al comentar la alerta amarilla que Nicaragua decretó por posibles efectos de las lluvias debido a los impactos al ambiente.
“En el río San Juan no está pasando nada que no sea (derivado de) lo mismo que ellos (Nicaragua) están haciendo” en el afluente, dijo el ministro del Ambiente de Costa Rica, René Castro, consultado por el Canal 6 sobre los motivos que argumentó el gobierno de Daniel Ortega para decretar la alerta.
“Cada decisión que nosotros tomamos en Costa Rica se usa para sacar ventaja en el otro lado (Nicaragua), tratan de cuestionarnos”, agregó el ministro.
El ministro costarricense de Comunicación, Francisco Chacón, coincidió en señalar que en Nicaragua “tratan de aprovechar las informaciones –que salen de Costa Rica– en su propio beneficio”.
Nicaragua declaró el martes alerta amarilla en la zona fronteriza con Costa Rica al advertir de posibles efectos de las lluvias por el impacto ambiental que atribuye a la construcción del camino de 160 km.
“La gravedad del daño provocado es tal que no existen medidas de mitigación posibles que garanticen el uso funcional de la carretera, sin que afecte los 120 kilómetros (de los 160) de contacto directo (que tiene) con el río”, alegó Nicaragua.
El gobierno costarricense afirmó el martes que se han “sobredimensionado” informes sobre impactos al ambiente en la zona fronteriza y descartó haber dañado el río San Juan.
El vicecanciller Carlos Roverssi dijo que “no existe daño ambiental alguno al río San Juan”, como lo han denunciado ambientalistas del país vecino.
La administración de Laura Chinchilla ordenó la construcción de la vía que inició en octubre de 2010 mediante un decreto de emergencia, por el cual obvió requisitos como estudios del impacto ambiental.
Un informe del Ministerio del Ambiente indicó que las obras causaron daños en el lado costarricense por eludir controles, y según un laboratorio de la estatal Universidad de Costa Rica la vía carece de drenajes adecuados, tiene rellenos de material que podrían colapsar en época lluviosa y cortes de bosques innecesarios.
La obra, en la que Costa Rica invirtió 40 millones de dólares, originó la inmediata protesta de Nicaragua que acusó a su vecina de provocar daños en el afluente fronterizo.