WASHINGTON /AFP/
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, afirmó hoy que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debe ser reformada, pero negó que la actual evaluación de ese ente busque debilitarlo.
“Se requieren reformas”, afirmó Insulza durante un seminario en la CIDH a pocos días de presentar en la asamblea general de cancilleres de la OEA que comienza el fin de semana en Cochabamba, Bolivia, un informe con propuestas para mejorar su funcionamiento.
“Mi intención es darle certeza al sistema, en ningún caso debilitarlo”, dijo Insulza, quien en el seminario enfrentó críticas de la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW) y expertos legales, que advirtieron contra la posibilidad de que se erosionen las atribuciones de la CIDH.
“Una cosa que enrarece el ambiente a veces es el supuesto de que los países, los gobiernos quieren hacerle algo a la Comisión”, lamentó Insulza, al rechazar “rumores” sobre intenciones veladas de la OEA, que emitió en enero un documento con una serie de recomendaciones no vinculantes para la CIDH.
Ese informe, rechazado por varias organizaciones no gubernamentales que alegan que busca restar atribuciones a la Comisión, será debatido también en la asamblea general. Varios países, que se irritaron por decisiones de la CIDH, como Ecuador por el caso del presidente Rafael Correa contra el diario El Universo y Perú por el caso de los guerrilleros muertos en el asalto a la residencia del embajador de Japón en 1997, encabezaron la evaluación que culminó con ese informe.
Otros países, liderados por Estados Unidos y Canadá, se han mantenido alerta contra cualquier debilitamiento del sistema interamericano de derechos humanos, compuesto por la CIDH y la Corte Interamericana.
Insulza incluyó entre las reformas necesarias, una mayor “certeza jurídica”, para regular con detalle decisiones de la CIDH como las medidas cautelares de protección, así como garantizar que se agoten los recursos internos de los países antes de los fallos y que éstos estén blindados de cualquier influencia.
Asimismo, el secretario general pidió mejorar el diálogo directo entre el organismo autónomo de defensa de los derechos humanos de la OEA y los gobiernos, para tratar de resolver más casos a través de una fórmula amistosa.
“La autonomía no significa dejar de lado el diálogo, el compromiso y la interacción permanente con los gobiernos democráticos del continente”, afirmó Insulza.
El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, calificó de “error” la propuesta de Insulza, porque a su juicio iría más allá del actual debate sobre “ajustes a las prácticas o al reglamento” de la CIDH y contemplaría la modificación de sus estatutos constitutivos.